domingo, 28 de diciembre de 2014

02119-261.ESPAÑA: 02.El Salario y 01.El Horario

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03583 (02.05.2017 - 149.GENERALIDADES: 04.El salario: El engaño del Trabajo)

                                                             I: ANTECEDENTES

      Un BUEN EMPRESARIO es aquel que paga un buen sueldo y ofrece un buen horario de trabajo; ambos elementos, en los términos expuestos, inciden directamente en el TRABAJADOR, haciendo del mismo un esclavo más sumiso y más adaptable. Adoptar el PRINCIPIO DEL SALARIO Y DEL HORARIO que ofrece Cómodo Centón es la base para que un Empresario se haga rico.

     Se podría contra-argumentar a lo anterior que Cómodo Centón no es un empresario, lo que es cierto, y que no tiene ni idea de qué es una empresa, lo que también es cierto, pero sí Cómodo Centón fuese el trabajador de una empresa expuesta conforme el párrafo anterior, Cómodo moriría por la empresa, de lo que se obtiene el SEGUNDO PRINCIPIO DEL SALARIO Y DEL HORARIO.


                                                                II: DEL SALARIO

     Fundar una empresa requiere de muchos gastos, mantenerla también, y una parte importante de esos gastos se centran en los IMPUESTOS. Dar el ESTADO un margen de viabilidad a una empresa que nace, suprimiendo los impuestos durante un periodo razonable de tiempo, siempre que tales dineros engrosen el salario, implica una inversión del Estado y del Empresario en un futuro de beneficios.

     Y todo lo anterior es así ya que un BUEN SALARIO implica un exceso de dinero para el consumo, una regeneración del comercio y, sobre todo, un espacio de fidelidad y compromiso dentro de una empresa, de forma que compaginar todos los citados elementos es fácil si el EGOÍSMO no es la esencia de una empresa entendida como empresario-trabajador.

      
                                                               III: DEL HORARIO

    No todas las empresas son iguales en cuanto horarios. Mientras que fabricar un producto se puede hacer en horario de mañana de lunes a viernes, no es posible cerrar un hospital por las tardes ni cerrar una cárcel por las noches, ni es posible que un comercio familiar abra a las seis de la mañana. De forma natural todo trabajo tiene naturalmente un horario de trabajo que le obliga. 

      Hay trabajos que pueden realizarse de lunes a viernes en horario de 7,00 horas a 15,00 horas, otros que manteniendo lo anterior precisan de un reten de 18,00 horas a 20,00 horas servido con un turno rotativo de los trabajadores, otros que deben de funcionar con dos turnos, uno de mañana y otro de tarde, y aún los hay que precisan de la existencia de tres turnos, mañana, tarde y noche. Además hay trabajos que no pueden descansar ni sábados ni domingos, ni días de fiesta, que precisan un añadido especial de horarios para tales espacios de tiempo, y hay trabajos que se realizan en jornadas intensivas de veinticuatro horas duras días e incluso meses. 

     Sí una persona trabaja de 7,00 horas a 15,00 horas, precisa de hacer compras fuera de tal horario, de modo que los comercios quedan regulados por un horario que permita a tal persona hacer sus compras de 15,00 horas a 22,00 horas. Una casa de comidas precisa de un horario partido en dos periodos de cuatro horas, comida y cena, al tiempo que una empresa de suministro de luz necesita un reten de averías.

    Lo primero, pues, es que no existe un horario uniforme de trabajo para todas las actividades, pero si existe un horario de trabajo regulado por la adaptación al medio, a la empresa y al trabajador, siendo en esto que reside el concepto de BUENA EMPRESA.

     El PROBLEMA DEL HORARIO se sitúa en otro ámbito..., en la, muchas veces, real incapacidad que tienen algunos humanos de tener vida propia, dicho de otro modo, hay quién no sabe sino que trabajar y vive en la creencia que trabajar es la esencia del ser humano, y vive en la irrealidad de que el trabajo dignifica la condición humana, de manera que arrastra tras de sí a aquellos que fundamentan el trabajo como forma de ayudar al vivir pero no como forma de vivir. Y es en este contexto que el trabajador es infiel y poco productivo.


                                        IV: EL SALARIO Y EL HORARIO EN ESPAÑA

     Para VIVIR BIEN, que es de lo que se trata, se precisa trabajo y tiempo, de forma que por el primero obtenemos la forma de vida que podemos ejercer con el segundo; además de trabajo hay vida familiar y vida social, y la satisfacción de éstos dos últimos se encuentra tanto en el salario como en el horario. En ESPAÑA, además, se personifican elementos especiales sobre todo en la vida social. 

     La idea de España es diferente, nacida en los años cuarenta del siglo XX y renacida en los años sesenta del siglo XX, que luego fuera vilipendiada por "fuerzas progresistas", es verdad. El Trabajo es España es secundario, lo que no quiere decir que se retraído de su carácter principal, sino que se entiende como aporte a la vida familiar y, sobre todo, social. 

     El ESPAÑOL construye su casa para convertirla en un ágora de sentimientos, al tiempo que construye su casa para salir al ágora, que es la plaza, donde la vida rezuma por sí misma. Lo que es el español sale de su casa y toma la plaza, donde se expande y es en sí mismo lo que oculta en su casa, de forma que varias casas forman una ciudad alrededor de una plaza, donde se reunen los españoles que abandonan, cada uno, sus casas para formar una casa común que es la plaza, dentro de una ciudad pública que se opone a una ciudad doméstica, porque fuera de España, y hablamos en general, domina la CIUDAD DOMÉSTICA o esa agrupación de casas que forman una ciudad de casas construidas hacia adentro, mientras que en la CIUDAD PÚBLICA, que es la ciudad española, la casa se construye para ser abandonada en favor del ágora, lo que hace que una casa española lo sea hacia afuera. Se podría decir que en una Ciudad Doméstica cuando se sale se casa, se va al campo, mientras que en una Ciudad Pública cuando se sala de casa, se va a la plaza. 

      Conforme a lo anterior, el salario y, sobre todo, el horario de trabajo de España ha de ser un tiempo de producción adaptado al ÁGORA. No podemos confundir una ciudad de casas-ajardinadas extendidas en un inmenso espacio y alrededor de unas torres de trabajo centralizadas ocupando el lugar de la plaza, donde las gentes a las 17,00 horas desaparecen como fantasmas, con una ciudad de casas-torres rodeando una plaza en un espacio pequeño, donde las gentes toman las calles a las 17,00 horas. La PLAZA tanto en su presencia como en su ausencia genera un tiempo de trabajo, y es ese TIEMPO DE TRABAJO lo que ha de ser adaptado a las personas. 

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