02526-196.MUNDO: 24.Inmigración e Integración: La solución española

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03097 (31.08.2016 - 48.La victoria de Rajoy: Breve resumen de antecedentes)

     ESPAÑA, en ciertas cosas, es una nación de silencios (españoles), donde un grupo de alborotadores (catalanes, vascos, y gallegos y valencianos y mallorquines) imponen sus estúpidas aspiraciones. En ese silencio se dan dos casos relevantes... asesinos e inmigrantes.

    Los ASESINOS han estado en España durante 30 años, en la mayor parte de los cuales las democracias occidentales, con Francia a la cabeza, daban mayor credibilidad a lo asesinos (ejemplo: ETA) que a los españoles. Hoy los ASESINOS se llaman YIHADISTAS, se han extendido por todo el mundo, y hoy cuando los asesinos atacan a los demócratas occidentales, éstos, con Francia a la cabeza, han descubierto que los terroristas existen, los mismo terroristas que ocultaron durante años en sus territorios (ejemplo: Francia con ETA). ESPAÑA ha resuelto su problema con los ASESINOS VASCOS a base de incomprensión extranjera durante treinta años, y con una POLICÍA que merece toda la gratitud, y mucha más, de los españoles, y esto a pesar de la felonía que persiste en los citados grupos de alborotadores.

   Con los INMIGRANTES más de lo mismo. ESPAÑA supo resolver, sola, el problema que llegó a suponer que en 2008 llegasen a Canarias (España) más de 100 cayucos con una población de refugiados de más de 30.000 personas, hasta el punto que en 2015 no ha llegado ningún cayuco a Canarias.

   En el año 2008 un grupo de policías españoles entró en contacto con un grupo de policías mauritanos, y comenzó la colaboración y la enseñanza. MAURITANIA, con un dictador como jefe, aceptó "penar" a los traficantes de inmigrantes y las repatriaciones, mientras que SENEGAL, un país democrático, aceptaba las repatriaciones. Se creaba una red de información que alerta de los movimientos costeros, acompañado de un gasto procedente de personal y de material (un helicóptero, dos patrulleras de 30 metros de largo, más otras dos de 15 metros.), más una inversión de 150.000.000 de euros en unos países donde el sueldo mensual se sitúa en unos 120,00 euros.