jueves, 15 de octubre de 2015

02535-46.EL VIAJERO MADURO: De Villarta a la Ermita de la Consolación (Iniesta-Cuenca)

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   No siempre acierta el VIAJERO MADURO es sus andaduras; en ocasiones el despiste o una mala decisión implican errores de bulto que hacen de determinadas excursiones fracasos más o menos manifiestos. Esta es una de esas ocasiones. 

   Existe un punto de inicio de la excursión en el Km.7,500 de la CM-3201 entre Casas Ibáñez (Albacete) y Minglanilla (Cuenca) si se viene desde el norte. Pero al llegar desde el sur es preferible iniciar la ruta en VILLARTA, en el Km.12 de la CM-3201, hasta el PUENTE DE VADOCAÑAS, pasando por la ERMITA DE LA CONSOLACIÓN.

   En el Km.10,500 de la CM-3201 hay una rotonda, allí está el indicativo que dice "consolación"; tomamos el camino carretero, amplio, blanco y polvoroso que presenta durante 4,0 Km. campos de trabajo, sobre un llano de ligera pendiente, que se antoja interminable, y que entre los Km. 1,1 y 3,6 el camino hace de frontera entre Villarta a la derecha y Villalpardo a la izquierda, para seguir por el término de Villalpardo y posteriormente entrar en el Km.4,2 en el término de Iniesta, donde nos introducimos de pronto y sin aviso alguno en una masa forestal, donde la meseta castellana se interrumpe con una falla del terreno que da lugar a una sucesión de umbrías, alimentadas por ramblas, y que concluye en la deriva del río Cabriel; notamos la bajada de curva de nivel de 700 metros a la de 550 metros, sobre el Ayuntamiento de Alicante, que durante 1,700 Km seguirá la senda de La Rambla de La Consolación. Curiosamente aquí la pista se vuelve firme ligero, y es que hemos pasado de Villalpardo a Iniesta, término éste último al que pertenece La Consolación. 

    La pista de firme ligero en la que nos encontramos se sitúa dentro del área general de las Hoces del Cabriel, ocupando el Sitio de la Consolación una extensión aproximada de 700.000 metros cuadrados, rodeada por unos 2.000.000 de metros cuadrados de una exuberante vegetación de matorrales y pinos mediterráneos, y se encuentra envuelta en una semioscuridad que resulta densa y agradable, entre continuas curvas ligeramente pendientes hacia adelante. La piedra es caliza, lo que permite el bullir fluido de las aguas subterráneas, las cuales afloran en las diversas fuentes que encontraremos en el paraje, lo que impide, a su vez, la construcción de edificios que alteren el plácido transitar de la existencia por esta tierra que, en el fondo, solo sirve para el prosperar del pino de Alepo.

     Pronto cruzamos la Rambla de la Consolación y seguimos, ahora, por la margen izquierda hasta encontrarnos con la Fuente de Las Goteras y de seguido con la Fuente de Los Caños en la misma entrada del área. Aquí dejamos el coche. 

   Subimos por una rampa que nos lleva, a la izquierda, a la imponente ermita, mientras nos damos cuenta que estamos ante un espacio de retiro y de descanso, una zona de recreo para familias, que dispone de diversas casas a la derecha y un restaurante-merendero al este del emplazamiento. 

    El SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DE CONSOLACIÓN es un edificio soberbio, que lejos de ser una ermita, más se asemeja por sus dimensiones y contenido a un templo. Su fábrica muestra mampostería y sillería, tejados a cuatro aguas y revestidos de teja. Se ve una cúpula de planta cuadrada, y tras el presbiterio un camarín. Se ven dos puertas de acceso, una al este o lateral con dintel en sillería, y otra al sur o principal de un solo vano y con arco de medio punto, revestida de zinc. Se accede por medio de varios escalones, y se vislumbra, una vez en su interior, que el recinto excede a la consideración de ermita, tanto por sus dimensiones como por la riqueza interior de su contenido. 

    Nos encontramos ante un interior de planta única con crucero de igual altura en sus zonas, de unos diez metros de ancho por unos veinte de largo, todo con cubierta de medio cañón, con un falso hueco en la izquierda y real en la derecha. La cúpula central, sobre el crucero, no tiene linterna, si el transepto, sostenida sobre pechinas. Destaca "el cristo" en el transepto izquierdo, enmarcado dentro de una caja de madera con forma de cruz, el magnifico retablo mayor, el sufrido embaldosamiento del presbiterio, y los frescos, cuyos colores presentan una clara limpieza. A los pies de la fábrica vemos el coro sobre una bóveda de pañuelo montada en arcos carpaneles y en el lado izquierdo de la fábrica la estructura de madera de un órgano inexistente.

    El Viajero Maduro no sale de su asombro y confiesa estar confundido ante la poderosa presencia de un obra manchega en un medio hostil para la conservación de piedras humanas. La tarde, por otra parte, ayuda; el sol luce en lo alto, su color atenúa la humedad... y junto al templo, una edificio anexo que es una antigua HOSPEDERÍA, de planta cuadrada, a la que se accede por una puerta de arco de medio punto, con porticado patio central y un piso superior que presenta un transito sin fin al que dan las puertas de las habitaciones. Pilares de madera y vigas de lo mismo, así como una balaustrada dan rotundidad al espacio. que se sostienen sobre arcos de medio punto en pilares de sillería. La fábrica es mampostería y sillares. 

     Si nos alejamos un poco apreciamos como el conjunto iglesia-hospedería se asienta sobre una especie de colina, a partir de la cual se ha que bajar hacía la Fuente de la Perlica, junto a la cual encontraremos un pequeño conjunto urbano, donde leemos Casa de Sevilla y enfrente la Casa del Mayordomo, un edificio de estancias corridas, de puertas verdes y paredes blancas que son viviendas, un lavadero y unos pesebres, que junto al dominio que el matorral ejerce sobre la plaza trapezoidal, configuran un ámbito decadente y hermoso que dan plenitud a la visita.

    De nuevo tomamos el coche y al camino que ha de llevarnos al PUENTE DE VADOCAÑAS; es carretero y amplio, y tras unos 600 metros llegamos a un cruce que nos señala por donde debemos continuar. La floresta de pinos se abre, no es tan nutrida como en el Sitio de Consolación, dejamos el desvío que lleva a la Casa del Rato, cuando hemos recorrido 1,500 Km desde Consolación, y seguimos hasta que un campo de viñas nos deja en un nuevo cruce, a 3,0 Km de la Consolación, donde el Viajero Maduro toma la vía de la izquierda cuando debería de haber tomado la de la derecha...., pasan y pasan los kilómetros cuando nos damos cuenta que nos dirigimos al norte cuando la orientación era el este. Nos hemos perdido.

   Regresamos, el Puente de Vadocañas sobre el río Cabriel no será visto por el Viajero Maduro.

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