domingo, 25 de octubre de 2015

02557-48.EL VIAJERO MADURO: 04.Alcoy: Barranco del Cing o Benissaidó (Alicante)

DOCUMENTO ANTERIOR:
02508 (27.09.2015 - 03.Alcoy: Cruz y Ermita de San Cristóbal)
02542 (18.10.2015 - De Alcalá de Júcar a la Central del Lobo: Albacete)

DOCUMENTO POSTERIOR
02583 (10.11.2015 - 01.Riópar: Nacimiento Río Mundo)

   
    El VIAJERO MADURO realiza hoy una ruta de 2,0 Km. en el BARRANCO DEL CING.  Parece que dicha palabra procede de cingle o risco, aunque también nos aparece como Barranco de Benissaidó, palabra ésta de la carecemos de referencia alguna, aunque por norma generalizada podríamos decir que sería el Barranco del Hijo (Ben o Beni) de Saidó. Desde Alcoy es la puerta de entrada al Parque Natural de la Sierra de Mariola, situándose al oriente del macizo, y desde aquí se inician diversas rutas que recorren la totalidad de la zona hasta los pueblos de Agres y Alfafara, y que terminara en Bañeres de Mariola en la esquina occidental de la masa montañosa, siendo la senda que vamos a utilizar el limite del citado parque en su orientación "este".

     Desde Alicante, entramos en Alcoy a través de la N-340 por la Calle Alicante, cruzaremos el Puente de Cristina sobre el Río Barchel, seguiremos por la Calle Alzamora y llegaremos a la Iglesia de San Roque, donde se inicia la Avenida de la Alameda, y llegando a la Plaza de la Constitución giraremos a la izquierda por la Calle Juan Valls, que sube pina, y a su término giraremos a la derecha, tomando la Calle Perú, donde giramos a la izquierda por la primera bocacalle, que sube más pina, girando a la izquierda por la primera calle que es del C.D. Alcoyano, donde se agudiza la pendiente, dejando a nuestra derecha el Colegio de La Salle, y en cuyo final estaremos en la Carretera o calle del Barranco del Cing, muy pendiente hacia arriba, hasta un meandro que hace el asfalto y que nos sitúa en la entrada al Barranco del Cing, donde se inicia la CV-796.

    A la derecha vemos una pequeña explanación donde dejamos el coche, y es el inicio de la ruta. Estamos a 674 metros sobre el Ayuntamiento de Alicante y pocos metros más abajo tenemos el TEULAR DEL LLONGANISER, una antigua fábrica de cerámica de tejas y ladrillos hoy abandonada, y junto a la misma El Cing que en este punto forma una amplia explanada. Si levantamos la vista podremos contemplar al norte, y en toda su magnitud, la entrada al barranco, con el Pico del Farao, a unos 100 metros por encima de nosotros y a la derecha, estando a la izquierda el roquedal de La Umbría del Garrofet. Iniciamos la marcha mientras observamos las laderas del Garrofet repletas de pinos a nuestra izquierda, y al Cing a nuestra derecha. Avanzamos unos 300 metros, primero bajando y luego subiendo, parte de cuyo recorrido hacemos sobre una senda empedrada, losas fijas al suelo, que alternará con senda de herradura, y a la cual el Viajero Maduro decide denominar SENDA ROMANA, y que en realidad es la protección necesaria a una tubería que transita bajo ella, que arranca en un depósito de agua corriente que el Ayuntamiento de Alcoy tiene en una fuente ubicada a algo más de 2,0 Km barranco arriba; de hecho, si miramos bien, en ocasiones veremos, a lo largo del recorrido, como tomas de agua apenas sobresaliendo de la tierra.

    Nos cruzamos con algunos ciclistas y llegamos a la PUERTA DEL CING tras haber cruzado el barranco, ahora a nuestra izquierda. Los ojos del Viajero Maduro están maravillados, el silencio del entorno es total, corre una muy ligera brisa y las paredes rocosas nos tragan cuando entramos en el ESTRECHO DEL CING; la anchura la calculamos en cuatro metros, la senda romana apenas llega al medio metro, el lecho es rocoso, muy afectado por el agua, y forma pequeñas balsas secas, de ahí que tengamos que caminar en fila india. Una roca en vuelo se significa por formar una cara humana, la senda de losas se vuelve escalera, se disparan las cámaras de fotos, hay que detenerse y mirar, tomarse la marcha a cortas y lentas zancadas entre un mundo compacto de riscos, convulsos y abruptos que apenas nos dejan ver el cielo. La sensación de soledad, sobre todo si mantenemos silencio, es absoluta, como si de una prisión se tratase. El roquedal es muy acentuado, calizas sus piedras, mientras los más atrevidos pinos cubren de verde el blanco espacio roquero que nos rodea.

     El barranco se abre, al término de los escalones, al separarse las paredes, el lecho cobra vida de matorral, y sube ligeramente pino desde los 673 metros a los 714 metros, mientras las alturas, a derecha e izquierda alcanzan los 250 metros sobre nosotros. El lecho es frondoso, aulagas y brezales lo cubren, y casi sin advertirlo hemos recorrido unos 500 metros y hemos llegado a la FUENTE DEL PASTORET, un hilo de agua que surte a pie de tierra al barranco y a la que se accede cruzando unos tres metros de barranco como siguiendo una leve senda; dice "agua no potable". Levantamos la cabeza al cielo; tres espléndidas águilas parecen darnos la bienvenida sobre la cordal de la Umbría del Garrofet. Seguimos caminando unos 200 metros más y sobre la senda romana cruzamos el lecho, pasando al margen derecho de la avenida;  a partir de aquí se irá intercalando el suelo de losas con la senda de herradura. 

    El escenario es abrumador. A nuestra derecha, margen izquierdo del barrando, vemos el PICO DE LAS ÁGUILAS con su vértice a  930 metros sobre el Ayuntamiento de Alicante, pero no vemos águilas, mostrándose majestuoso, colorido por el verde pinar y múltiplemente horadado en su roquero, lo que llena de belleza los ojos del Viajero Maduro. En el margen contrario y desde la cordal de más de 1,0 Km. cae en forma de falda la UMBRÍA DEL GARROFET, mezcla de blancos y verdes, pero donde poco a poco el verde pinar se apodera de la totalidad del paño. ¡Mágnifica vista, sobre el azul del cielo, de seis águilas!; nos paramos. 

   La traza del camino es una continua leve pendiente, nos acompañan en lo alto las águilas, y en la CASA DEL POTRO estamos a 740 de altitud y con 1,1 Km recorridos; el Viajero Maduro lleva, que nadie se asuste, una hora de camino, pero entre fotos, observar pinos y rocas, matorral y águilas, el tiempo pasa que es una barbaridad, como nos pasan dos grupos de caminantes que pronto perdemos de vista. Aquí ya es visible el sotobosque, aumenta el matorral sobre el lecho del barranco que se nos antoja lleno de agua, vemos enormes troncos de antiguas encinas, así como gran cantidad de piezas de leña esparcidas por pequeños claros, y nos cruzamos con "dos burros", de piel blanca uno de ellos, que está atado y nos mira con cierta desesperación para que lo liberemos, luego nos enseña los dientes y no sabemos si nos amenaza o se ríe, para de seguido ejecutar una suerte de roznidos, aunque tal vez solo sea envidia cuando ve junto a nosotros al "otro" que es de tonalidad parda oscura y que está suelto, y nos sigue. Aquí hay una pequeña carrasca a la que se sube un Viajero del Grupo, posando ante las cámaras como si de una celebridad se tratase, mientras el poblador de la Casa del Potro nos mira y nos ignora. Después una Viajera del grupo realiza diversas poses corporales que son recogidas, alegremente, por la cámara. Un grupo de ocho águilas realizan piruetas en la cordal de la Umbría del Garrofet.

   Con esto llegamos a los 740 metros de altitud y a la FUENTE TEULA, "agua no potable", situada a la izquierda del cauce o a nuestra derecha, que es el fin del BARRANCO DE EL MASOT, que tiene su origen, en una cota de 1.000 metros, en las Cotas Altas de Las Faldas de Villaplana. El burro pardo-oscuro que nos sigue, y que ya consideramos un elemento más de nuestra expedición, se detiene, baja la cabeza y bebe; es evidente que no sabe leer el letrero... "agua no potable". Un Viajero del Grupo exclama: ¡ahora entiendo porque al ignorante llaman burro!, mientras observa al équido.

    Hace una leve curva el barranco a la izquierda, para luego describir un amplio arco a la derecha, mientras que nosotros pasamos al margen derecho del Cing, desde donde vemos la CASA DEL BUÑOLER y las pendientes de las FALDAS DE VILLAPLANA, rebosantes de pinos, bajando la senda a los 680 metros de altitud, donde nos encontramos ante una bifurcación, en uve, del camino. El de la izquierda nos llevaría a la Casa del Barranco y a la Casa del Garrofer, mientras que el de la derecha nos llevaría, tras unos 600 metros más, al depósito de agua desde donde se canaliza el fluido potable hasta el pueblo de Alcoy, y a continuación a la Casa de Villaplana unos 1.500 metros más allá. 

   La cuestión es que hemos recorrido unos 2,2 Km. en unas dos horas, y descubrimos que es la hora del yantar. Decidimos volver sobre nuestros pasos....

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