sábado, 16 de enero de 2016

02686-59.CINE: Sufragistas

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     SUFRAGISTAS es una película del año 2015, del Reino Unido de la Gran Bretaña, de 106 minutos de duración, dirección de Sarah Gavron, guión de Abi Morgan, música de Alexandre Desplat, fotografía de Eduard Grau, protagonizada por Carey Mulligan (Maud), Helena Bonham Carter (Edith Ellyn), Natalie Press (Emily Davison), Ben Whishaw,(Sonny), y Brendan Gleeson (Inspector Arthur Steed), cuenta una parte de la historia del acceso de las mujeres a voto en elecciones políticas a través de un personaje inventado llamado Mo ("Maud" para los ilustrados). Mo está casada, tiene un hijo y trabaja en una lavandería; una acción aleatoria del guión la introduce en el mundo de las mujeres que pedían el derecho a intervenir en los sufragios políticos.

    Como no me hacen caso, me vuelvo violento; tal es el justificativo argumentario de Sufragistas, que coincide con el propio de cualquier grupo terrorista. comparación que a oídos de una feminista resulta escandaloso, pero cierto en sentido estricto. Quede claro que hombres y mujeres son iguales y, por lo tanto, poseedores de iguales derechos y libertades; otra cuestión es sí tal evidencia se cumple. Lo que aquí interesa es la película que hemos visto, su contenido y su forma, y lo primero es decir que el film aparecen dos personajes reales como son Meryl Streep o Emmeline Pankhurst, y Natalie Press o Emily Davison, mientras que el resto son ficticios.

  SUFRAGISTAS es emotiva y sensitiva, no sentimental, busca, y lo logra, atrapar al espectador, sobre todo espectadoras jóvenes, en una sucesión de argumentaciones que justifican la deriva de la historia, desde un origen pacifico a un final violento, semejante al que sigue cualquier grupo terrorista. Aquí se cumple la NORMA 15º, que dice "si el actor favorito del espectador mata, mata con razón" (ver documento 02642 de 16.12.2015 de este índice). La base argumental reside en el hecho que desde 1813, la película se desarrolla en 1912, llevan las mujeres pidiendo el voto de forma pacifica y visto el éxito obtenido en los últimos cien años, con la casta de los hombres, se impone la violencia. Cabe aquí fijar la conversación entre Sonny y Maud, cuando el marido pregunta a la esposa para qué quiere votar, y contesta ella para lo mismo que tú, lo que provoca la cínica sonrisa del esposo equivalente a... yo voto y trabajo en la misma empresa que tú. Es interesante también la explicación del inspector Arthur Steed cuando le dice a Maud que a muchas mujeres como ella ha conocido, pero que su deber es aplicar la ley, a lo que se responde por las sufragistas que ellas no quieren incumplir la ley, sino que quieren redactarla, lo que nos lleva a la NORMA 16º que dice "el malo, haga lo que haga, nunca tiene razón" y su deriva en la NORMA 17º que dice "el bueno, haga lo que haga, siempre tiene razón"  (ver documento 02642 de 16.12.2015 de este índice)

     La DIRECCIÓN es de Sarah Gavron y el GUIÓN de Abi Morgan, dos mujeres, que plantean una NARRATIVA llevada a su terreno. Los tres elementos citados están bien llevados, estructurados y planificados, lo que muestra una notable labor de trabajo en conjunto que resulta tendenciosa y manipuladora, donde los PERSONAJES MASCULINOS son uno bueno (el marido de Edith Ellyn), uno entre bueno  malo (el marido de Maud) y uno malo (el inspector de policía), de ahí que la historia con ser feminista no resulte anti-machista, y es en esto donde reside la clarividencia de la dirección y del guión. La narrativa mezcla un soporte real (Emmeline Pankhurst y Emily Davison) con soportes ficticios (el resto de los personajes), encadenando bien la escritura y los DIÁLOGOS. Por otra parte el excesivo tiempo empleado por el filme en la parte de relaciones sociales hacen del MONTAJE un elemento secundario en Sufragistas, de tal modo que, en general, se suele partir de planos generales que son seguidos de planos cortos. 

    Un encadenamiento de DOS SECUENCIAS establecen el clímax de la cinta; la llegada de Maud y Davison a las carreras con el consiguiente desenlace, que es real, con el travelin de seguimiento sobre Maud corriendo,y el silencio interpuesto entre ambas secuencias que es extraordinariamente acompaña por la banda musical; es posiblemente lo mejor de la película. El resto de la cinta es una exposición intimista de los personajes, especialmente con Maud, con primeros planos y planos de detalle, algunos de los cuales son excelentes, sostenidos mediante un COLOR ocre cuya fuente es el cirio encendido y la lámpara de gas, donde las partes oscuras se contraponen perfectamente, estimulando una FOTOGRAFÍA muy buena, precisa y recogedora de los sufrimientos que tienen lugar. La MÚSICA es un acompañante perfecto, crece y decrece al pairo de la narrativa, y en ocasiones es el sujeto principal de la visualización, hasta el SILENCIO, antes citado, se presenta como parte esencial de la idea musical. No se observan RUIDOS, que en sentido estricto son sustituidos por notas musicales de impecable presencia auditiva.

     La CÁMARA sostiene el ámbito intimista y social de la cinta, con los ya citados planos de detalle y primeros planos que combinan con planos medios y de tres cuartos donde prevalece el personaje sobre el entorno, excepción hecha de las secuencias en la fábrica, cuyo El Capataz, que violenta niñas-trabajadoras, es el más malo de todos los malos, y donde resalta la similitud de importancia de los personajes con el ambiente mediante planos generales; aquí el COLOR se muestra gris y frío, con ciertos tonos de gris blanquecino. No vemos panorámicas ni, apenas, grandes planos, en las secuencias de multitudes, y toda la acción se muestra desde una perspectiva horizontal, con ritmos variados entre lentos y rápidos con alguno que muestra cierta agitación.

   Destaca la actuación de Helena Bonham Carter (Edith Ellyn), precisa y dominante, centra la pantalla en ella en cuantas escenas interviene, de modo que sus movimientos resultan convincentes en cuanto que resaltan la frialdad de su personaje; destaca su levísima acción dentro del habitáculo donde la encierra su marido, así como la posición de la cámara en el mismo, mientras que Carey Mulligan (Maud) carga con la cinta y presenta una actividad representativa buena. Aquí existe un error de selección de actores ("castin" para los ilustrados), ya que la película hubiese ganado extraordinariamente mucho con la posición de Helena Bonham Carter en el papel de Maud. Resultan sobrios y profesionales tanto Ben Whishaw como Brendan Gleeson, pues ambos resuelven con maestría a sus dos personajes. 

     La ESCENOGRAFÍA se presenta trabajada principalmente en exteriores, pero sin demérito en interiores, resultado de lo cual es una ambientación adecuada a la época en que circula la narrativa. La PELUQUERÍA, el MAQUILLAJE y el VESTUARIO son correctos.

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