sábado, 30 de enero de 2016

02716-60.CINE: La chica danesa

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     LA CHICA DANESA es una película drama del Reino Unido de La Gran Bretaña, del año 2015, y de 120 minutos de metraje. La dirección es de Tom Hooper, el guión de Lucinda Coxon, música de Alexandre Desplat, fotografía de Danny Cohen, e interpretada por Eddie Redmayne (Einar Wegener/Lili Elbe), Alicia Vikander (Gerda Wegener) y Matthias Schoenaerts (Hans Axgil)

     Cuenta la HISTORIA de un proceso de intersexualidad, problemas de fertilidad, con posible síndrome de Klinefelter reflejado en la vida de Einar Wegener y su esposa Gerda, a lo largo de los primeros treinta años del siglo XX, presentando un problema físico de discrepancia entre sexo y genitales, características de varón y de hembra, afectando a los hombres con diversas malformaciones y problemas metabólicos generalizados.

     Lo primero que cabe establecer en este film es su propio título. Por una parte se trata de un cambio de hombre a mujer que, evidentemente, anuncia como la Chica Danesa ha de referirse a Lili Elbe, pero por otra parte, Gerda Wegener es anunciada ante Hans Axgil como "una chica danesa quiere verle". La NARRATIVA es lineal y continuada, se fija bien dentro del proceso de transformación que cuenta, quedando sostenida por un GUIÓN que se somete a una serie de explicaciones que pretenden aclarar como lo que le sucede a Einar Wegener/Lili Elbe es una enfermedad que tiene una solución médica. La cinta LA CHICA DANESA no presenta una controversia sobre TRANSEXUALIDAD, ni desde una ubicación ético-moral ni desde un enfrentamiento individuo-sociedad dentro de conceptos políticos, religiosos e ideológicos.

     La DIRECCIÓN se adapta tanto a la narrativa como al guión, quedándose en un ejercicio de oficio dentro de la necesaria presencia que requiere toda película. Desarrolla bien las tres partes esenciales de la cinta; la información necesaria de encontrarnos ante un "hombre sano" que satisface la necesidad sexual de su esposa, el cambio de comportamiento sexual cuando el hombre pasa a comprenderse más como mujer, y finalmente la plena aceptación de la nueva condición de genero. La primera parte desarrolla secuencias de cama entre marido y mujer que dejan sentadas las condiciones masculinas del marido. La segunda parte, mal desarrollada por la dirección de la película, se centra en la secuencia del espejo, momento en el cual Einar Wegener descubre que realmente es Lili Elbe, La tercera parte se resuelve mediante una serie de secuencias que plasman la convicción personal del hombre en cuanto a su condición de mujer.

    Hay que destacar el trabajo tanto de Eddie Redmayne (Einar Wegener/Lili Elbe) y de Alicia Vikander (Gerda Wegener); el primero de ellos se muestra excepcionalmente bueno en la escena donde pierde su condición masculina en favor de la femenina cuando en apenas un minuto sus ojos se llenan de lágrimas, mientras que la segunda mantiene una suave interpretación a lo largo de todo el expositivo fílmico. 

    A partir de aquí la película pierde interés. El metraje es excesivamente largo, inicialmente condicionado por panorámicas que nos presentan la tierra de origen de Einar Wegener, y que se repiten al final de la cinta como grandes planos generales y planos de conjunto. Dominan los grandes primeros planos con una visión horizontal de las angulaciones, cámara fija en tres cuartos y medios planos donde predomina siempre la acción de los personajes, de forma que no se logra expresar la vida interior de los personajes ni la soledad de éstos frente a la realidad que los envuelve. En general nos encontramos con trozos largos de escenas, de carácter lento en cuanto a la cadencia del RITMO, dentro de un MONTAJE que suele ignorar el punto alto de las curvas de contenidos, lo que hace que la película resulte pesada y reiterativa en su exposición.

   La LUZ nace fría, terminando de igual forma, inicia un proceso de colores que van de los grises a los ocres, siendo el punto de inflexión cuando se reconoce la posibilidad de un cambio de sexo y se ejecuta dicho cambio de forma fehaciente, es decir, cuando Einar Wegener se transforma en Lili Elbe). Sin embargo, en las secuencias finales domina la pantalla el color blanco como queriendo aportar un factor sensitivo de espiritualidad y limpieza. Solo se observan RUIDOS durante la lluvia de una de las escenas dentro de un SONIDO aceptable. La MÚSICA es, en ocasiones, en exceso protagonista, no parece apoyar, aunque lo intenta, la narrativa. La FOTOGRAFÍA es plana, se centra en colores ocres con fondos negros en los primeros grandes planos, sin que se muestre en el resto de la cinta, salvo en los elementos de suaves grises-blancos en el taller de trabajo de los Wegener, presentando colores cálidos en el resto de las estancias. 

     La CHICA DANESA se centra en demasía en la historia que cuenta, de ahí que esto sea su mejor logro, pero al mismo tiempo no centra en los DIÁLOGOS los necesarios elementos que expliquen adecuadamente qué es lo que el espectador está viendo. En general la película falla, su visionado no es necesariamente preciso en la gran pantalla, aunque sirve para pasar un rato de cine. 

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