martes, 21 de marzo de 2017

03489-08.LA EVOLUCIÓN DE LAS IDEAS: 08.Primeras Explicaciones

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       Lo RELIGIOSO es una extracción “terrena”, pero el origen es dual, es decir, puede proceder tanto de la tierra como del cielo. A lo largo de la historia el concepto TIERRA ha prevalecido, ya que se sitúa en La Persona, pero el origen del mismo es el “cielo”. El proceso parte de una VISIÓN. Entendemos que toda “visión” es un sueño, está dentro del Hombre, de modo que el Hombre al dormir vive en “sueños”, que al despertar se conceptualizan como “visiones” en lo que hace referencia a Lo Eterno. Ese DESPERTAR, si es una “visión”, conlleva consigo una “misión”, esto es, transformar el mundo, mutar a los hombres, conducirse a un fin que ha de ser, necesariamente, la verdad, de modo que esa MISIÓN es la única verdad. El objetivo último de toda “misión” es acabar con las misiones anteriores, ya que éstas son, por definición, “mentiras”. La “misión” es una revelación que tiene lugar en el “sueño”, ahora “visión”, de modo que es el acto del “dormir” lo que aprovecha Lo Eterno para manifestarse a través de “una persona” mientras ésta duerme. La manifestación tiene lugar dentro del “sueño-visión”, nunca dentro del “sueño-común”, de modo que si bien todo Hombre puede tener un “sueño”, apenas unos pocos pueden tener una “visión”. Lo importante es la conversión del “sueño” en “visión”, y el éxito de tal proceso pende de la aceptación social de la “visión”, de modo que la “aceptación” deriva en la religión. Es así como podemos decir que el Hombre es libre hasta que una “visión” o una “mirada” lo transportan al mundo de la ESCLAVITUD. En cierto sentido la Idea de la Persona vendrá, con el tiempo, a fijar un origen externo, de modo que el contenido humano de la Tierra procede de las ESTRELLAS. Hemos visto como todas las “explicaciones” fijan un origen “divino”, pero la Evolución de las Ideas extrae el origen de los divino y viene a situarlo en lo “humano”. De las “estrellas” vinieron LOS ETERNOS, y es en este plural donde encontramos la novedad de la “idea”. No se menciona si el Hombre ya estaba en la Tierra o bien fue traído por “los eternos”. Ahora bien, la Persona está en la Tierra, pero no se explicita como llegó a la misma, sino que “los eternos” desembarcan en la tierra y transforman al Hombre Antiguo en el Hombre Moderno. El desembarco tiene lugar en diversos puntos geográficos, de modo que en todos esos lugares se repite la misma constante de elementos similares; recepción de los viajeros y la evidencia de su divinidad, así como la extensión del conocimiento y la materialización del mismo, bien de forma expresa, bien como residuos resultantes de la visita. Por otra parte el concepto CIELO se sitúa más allá de la Tierra en el sentido de que no nace en la Persona, de modo que el origen es el “cielo”. El proceso parte de una MIRADA. El Hombre mira al cielo, de tal modo no refiere el acto a un proceso interior como ha sido descrito en el párrafo anterior, sino que es una manifestación exterior que la “mirada” recoge e interioriza. “Algo” del cielo se hace presente, baja a la tierra, normalmente haciendo uso de un extraño artefacto, su forma es diferente, actúa de modo distinto, y, lo más importante, trae una idea, deja un mensaje, propaga una tradición, crea un sentido social en el Hombre, de modo que, y todo lo cual, deriva en una religión. Pero antes de ésta deriva, la Idea de la Persona percibe realidades más allá de sí mismo, son las estrellas, las cuales, de pronto, se descubren como parte de un poder oculto, de modo que el Sol, la Luna, parecen desplazarse y hacerlo sobre zonas del cielo que permanecen fijas y pueden ser determinadas y nombradas. El influjo religioso, la adaptación a una explicación, merecían establecer una relación general entre la Tierra y el Cielo, de modo que si en la Tierra vivían los hombres, en el Cielo habitaban “los eternos”. La evidencia de la traslación de cuerpos en el Cielo venía dada por el hecho cierto de que unos cuerpos eclipsaban a otros, mutando la presencia de los mismos dentro de una nueva realidad envuelta en cierto halo siniestro que permitía el sometimiento de los “no ociosos”, mientras que los “ociosos” construían toda una sociedad en torno al “primero entre ellos”, el cual lo era por ser linaje de Lo Eterno. Pronto el Cielo se llenó de figuras, las cuales recibieron nombres y se construyeron, en torno a ellas, historias que prostituían la libertad de la Persona en aras de una esclavitud que, finalmente, fue consentida. Nace de tal manera la “clasificación de las estrellas”.

       Se ha dicho en el párrafo anterior como el Hombre es libre hasta que una “visión” o una “mirada” lo transportan al mundo de la ESCLAVITUD. De inmediato pasar de lo elevado a lo terrenal es una deriva sostenida en los conceptos de guerra, abandono y deuda. Se esclaviza al hombre porque el hombre adquiere poder y lo ejecuta a su beneficio y en contra del esclavizado, que pierde su condición humana y muta en cosa o animal; la guerra da derechos sobre el vencido, el abandono de hijos deriva en su encuentro por otro que al tener que criarlo adquiere el derecho del beneficio futuro, mientras que el impago de una deuda genera derechos de uso de la persona en forma de esclavo

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