martes, 21 de marzo de 2017

03491-137.ALICANTE: 09.Historia: Los Antigones (anexo)

DOCUMENTO ANTERIOR
03478 (15.03.2017 - 08.Historia: Castilla y Aragón)

DOCUMENTO POSTERIOR
03513 (30.03.2017 - 10.Historia: Lucentum (anexo)

     
     Una zona antiguamente llamada de LOS ANTIGONES podríamos situarla entre el antiguo cauce del Barranco de San Blas (avenida de Gadea) al este, al oeste con el antiguo Huerto del Bambero (plaza de la División Azul), al norte con la antigua carretera de Madrid (avenida de Aguilera) y al sur con la actual avenida del Catedratico Soler, fue tratada desde el siglo XVIII arqueológicamente por los jesuitas Maltés y López; se sostenía por éstos autores, en contra las opiniones de tiempo anterior, que la citada superficie respondía a la ciudad de Lucentum.

    MALTÉS y LÓPEZ relacionaron inicialmente dicha superficie con  Ilici para posteriormente relacionarla con Lucentum. Los citados dos jesuitas encuentran material romano y godo, monedas, paredes, trozos de arcos, medallas y piedras labradas, y hasta fijan la existencia de un palacio y unas termas, y paredones que podían responder a antiguos muros.

   Ya en el siglo XIX, y con el inicio del actual Barrio de Benalúa será MANUEL RICO quién recoge material en esta zona ubicada entre las actuales calles de Foglietti, Soler, Guardiola y Pérez Medina, donde se concentraba uno o varios establecimientos industriales, así como tumbas tardorromanas a la altura del píe de la Iglesia de Benalúa.

    Fuera de la zona descrita en el párrafo anterior hubo tres vertederos; uno de ellos estaba en la desembocadura del Nuevo Barranco de San Blas (avenida de Oscar Esplá) donde se encontró una piedra con una inscripción referida a los emperadores Marco Aurelio y Cómodo, y con las letras "unicipi lucen", lo que hizo pensar que en Los Antigones estaba la ciudad romana de Lucentum; un segundo vertedero estuvo en la actual Estación de Autobuses con cerámica, huesos y monedas; el tercero de los vertederos se hallaba en el Antiguo Barranco de San Blas (calle Arquitecto Morell) donde solo se encontraron diversos restos.

     Trabajos posteriores, ya a finales del siglo XX, establecen la existencia de una cabaña agropecuaria del los siglos VI-VII en dicha zona y relacionada con la PLAYA DE BABEL, donde debió de existir un fondeadero, encontrándose ánforas y cerámicas principalmente, así como restos de animales domésticos.



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