lunes, 27 de marzo de 2017

03507-75.EL VIAJERO MADURO: 10.Valencia: La Paz, San Juan y El Patriarca

DOCUMENTO ANTERIOR
03500 (23.03.2017 - 09.Valencia: Plaza de Tetúan, Capitanía, Convento, Palacio)

DOCUMENTO POSTERIOR
03514 (30.03.2017 - 11.Valencia: 01.En el Jardin de Monforte)


    Hoy ha visitado el VIAJERO MADURO tres centros religiosos de Valencia ciudad entre un creciente aire de fallas que parece ir llenándolo todo. Sin embargo, aun huele Valencia a ciudad de ordinario, gentes que acuden a sus trabajos, comercios activos, vehículos que transitan. Semejante conglomerado de visualizaciones las encuentra Cómodo Centón en la CALLE LA PAZ, antes Peris y Valero. Es una vía amplia, de unos cuatrocientos metros, que separa el Barrio de La Seo, al norte, del Barrio de San Francisco, al sur, uniendo la Plaza Alfonso El Magnánimo (Parterre) con la Plaza de la Reina, al oeste. Esencialmente La Paz es una calle comercial, de mucho transito, de la que nacen una multitud de pequeñas y sinuosas calles de ambiente tranquilo y cierto sabor rancio, donde los ruidos ceden. Llama la atención, por contraste, su evidente amplio trazado rectilíneo y sus edificios. Su origen data de 1869 y sigue las normas urbanísticas francesas de mediado de siglo XIX, con previo derribo de múltiples edificios que se oponían a su rectitud, pequeñas edificaciones y algún que otro convento. El espacio propicio la construcción de edificios de gran tamaño y porte visual, donde lo racional se enlaza con elementos casticistas y modernistas, prevaleciendo un eclecticismo; son casas de rentas para familias de evidente poder adquisitivo, donde el propietario ocupaba la horizontal principal. Sin embargo lo que hoy observa El Centón son una sucesión de despachos y oficinas, con medianas tiendas y comercio tradicional.

      Desde la Calle de La Paz y por una de las que salen hacia el norte, se puede llegar a SAN JUAN DEL HOSPITAL en Trinquete de Caballeros. Ni la fábrica del edificio ni su puerta de entrada son significativas de su valor interior. En 1238 los caballeros de la Orden, nacida en Jerusalén, entraron en Valencia con Jaime I, recibiendo terrenos junto a la Puerta de Xerea para la defensa de la misma. Lo que ve el Viajero Maduro es una zona de Tránsito, donde se ven unas pinturas relativas a los hospitalarios, que llevan al Patio Norte, queda a la derecha la antigua dependencia del hospital tras unos arcos del siglo XIII, y a la izquierda nos encontramos con la PUERTA NORTE del templo, llama la atención de Cómodo Centón la asimetría del conjunto, que presenta dos niveles, el inferior románico con puerta de madera y un alfiz que contiene un doble arco de medio punto apoyado en dos impostas, sobre el cual destaca los restos de una cruz de madera, que señala el punto medio de la enjuta, quedando liso el resto de la moldura. Esa cruz no coincide con la cruz que se ve en el segundo nivel gótico en cuanto punto medio del conjunto, y que se presenta de ocho puntas; ambas cruces, en distintos momentos, fueron de los hospitalarios.

     Un corredor exterior lleva al Centón a la entrada del TEMPLO, al oeste, y ya dentro se puede contemplar la belleza del lugar; es de una sola nave, con tres capillas por lado separadas por contrafuertes, el techo es una bóveda de cañón apuntado. Al fondo la cabecera es un ábside con cinco ventanas rasgadas y de alabastro. llama la atención la bóveda de ladrillos que cubre la zona del altar mayor, ladrillos de ascendente árabe. A la derecha del presbiterio hay una capilla de estilo barroco, que no visita Cómodo al estar en oficios, y a la izquierda hay un pequeño rectángulo con altar dedicado al arcángel San Miguel, y en los lados y techo unas parcialmente pinturas murales del siglo XIII de extraordinario valor. Frente a la Puerta Norte, vemos la Puerta Sur, que está cerrada.

    Fue prácticamente destruido el templo entre 1936-39 y entregado al Opus Dei en 1966; las obras de reparación y nueva construcción confluyen bien con las partes que quedaron en pie, de forma que se aprecia perfectamente lo de origen y lo nuevo, de modo que el templo refleja con armonía, en su fábrica, un conjunto convincente.
    
       El Viajero Maduro regresa a la calle de La Paz, y siguiendo por la calle de Las Comedias llega vía La Nau, a la puerta de EL PATRIARCA; fundado por San Juan de Ribera y terminado a principio del siglo XVII, es un edificio exento, renacentista e italianizante, muro exterior sin interés, de mampostería y sillería en las esquinas y en el basamento. Desde la Plaza del Patriarca muestra su mejor imagen; en la misma esquina el campanario, le sigue una ventana enrejada que, por su interior, es el coro de la iglesia, y por encima de la ventana se ve una galería de arcos y un alero como terminación.

     Tiene doble puerta; a la izquierda la de templo, a la derecha la del Colegio. El zaguan de entrada al Colegio nos lleva al PATIO Renacentista de 1600 , el cual se estructura en dos pisos de arcos que se resuelven con bóvedas nervadas, destacando las columnas de mármol dóricas en la parte inferior y jónicas en la superior. En el centro del patio claustral se sitúa la estatua del santo, y alrededor del mismo se organiza el colegio. En un ángulo del patio está la escalera de piedra que sube al MUSEO, donde se presenta una pequeña e interesante colección con piezas de El Greco, Juan de Juanes y Caravaggio entre los más conocidos

     De vuelta al atrio, entra El Centón en la CAPILLA DEL MONUMENTO o de la INMACULADA de una sola nave, abundantemente decorado el techo con pinturas al fresco de principio de siglo XVII, una preciosa azulejeria que cubre sus paredes laterales, y un retablo barroco con la virgen presidiendo. La IGLESIA  es de nave única y cruz latina, capillas laterales, sobre el crucero cúpula y linterna, presbiterio, y un gran coro a los pies.  La bóveda nervada es de medio cañón, y  sobre los muros están tallados en piedra las molduras, los frisos y las pilastras corintias. La totalidad de la fábrica está cubierta de pinturas (martirios, procesiones, castigos, milagros…) en un alarde de preciosidad y que requiere mucho tiempo en su contemplación, más hay oficios y de los pies de la nave no pasa El Viajero Maduro. 

     Ya es tarde avanzada, y para aliviar las penurias del cuerpo, Susana, que guía a Cómodo, lanza sus pasos hacia la Plaza de Collado, donde, y en la HORCHATERIA/CHOCOLATERIA EL COLLADO, el Viajero Maduro se sienta sobre más de 100 años de servicio, con al ánimo de ingerir una taza de chocolate con buñuelos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario