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04629 (05.10.2018 -16.Pensiones: Calviño.. y Rajoy tenía razón)
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Se dice de ordinario que no hay mal que mil años dure, pero el problema, dice Cómodo Centón, no se encuentra en la duración del mal, sino que el mal cause estragos en El Centón; sí el mal obra más allá de Cómodo, aunque el mal exista, no existe ya que no toca al Centón, de manera que lo importante no reside en la duración/tiempo del mal, sino en que durante ese tiempo/duración no alcance el mal a Cómodo Centón, lo que dice en su TEOREMA DE NO HAY MAL QUE MIL AÑOS DURE.
Dicho lo anterior, LOS JÓVENES del Siglo XXI tienen un problema... que han estudiado mucho y que no encuentran trabajo, lo que limita sus posibilidad de emancipación familiar; en cuanto a "estudiar mucho" no es cierto, han "repetido mucho" textos académicos, al modo escolástico, de modo que su información es tanta como su ignorancia; en cuanto a lo segundo, por mucho que se haya estudiado, el estudio no da derechos para iniciar la vida laboral de capitán, sino que se ha de empezar como soldado y, mejor, haciendo aquello para lo que no se ha estudiado, de forma que la ignorancia más el trabajo malo puedan aportar las bases del esfuerzo personal mediante el viejo concepto de LA VIDA CON SANGRE ENTRA conforme dice Cómodo Centón.
Para comprender mejor lo anterior, hay que recordar el TEOREMA DE LAS GENERACIONES (ver documento 01680 de 27.11.2013 de este índice)... para que un PUEBLO llegue a vivir bien es preciso, a lo largo de su historia, que algunas de sus GENERACIONES tengan que sufrir; la suerte de las personas pende de esto, dice Cómodo Centón en su TEOREMA DEL PUEBLO Y SUS GENERACIONES. El problema radica en que ninguna generación quiere sufrir el "bien vivir" de las otras generaciones, de ahí que sea preciso que la "historia" obligue a una determinada generación a ser la expresión materializada de la miseria en favor de la riqueza de otras generaciones. El PROCESO GENERAL que se sigue implica una primera generación o DEL SUFRIMIENTO que se extiende a lo largo de toda su existencia y que implica parcialmente a la segunda generación o DEL TRABAJO la cual tiene el conocimiento del sufrimiento y del esfuerzo que la conduce hacia el bienestar, y finalmente la tercera generación o DEL GASTO que desconoce el sufrimiento y ve como innecesario el esfuerzo, ya que al albur de las reservas existentes imperan los derechos por encima de las obligaciones, lo que conduce al REINICIO DEL PROCESO.
La sociedad del siglo XXI está en la fase de la Tercera Generación con el añadido de las Pensiones que reciben los Viejos y han de pagar los Jóvenes; pero tal argumento, los jóvenes pagan las pensiones de los viejos es falso, ya que los viejos se pagaron, aunque solo sea en parte, sus pensiones. El problema no es que los jóvenes tengan pagar las pensiones de sus mayores, sino que cada vez hay menos jóvenes, y si hay menos jóvenes es porque el porcentaje de hijo/mujer ha caído al 1% , de forma que el hijo de su padre/madre tiene que trabajar para sí y para pagar las pensiones de su padre y de su madre; en esto radica el problema.
La MUJER es la porta al hijo, de modo que si una Mujer no tiene hijos, nadie puede pagar la pensión de esa mujer. Pero además queda el Hombre, que tiene derecho a su pensión. Dicho de otra manera, para poder pagar las pensiones haría falta una descendencia mínima de dos hijos, de modo que uno paga la pensión de su padre y el otro paga la pensión de la madre. Pero además, si se quiere beneficiar con una pensión digna sería necesario al menos un tercer hijo por mujer,y si se añade un cuarto hijo por mujer, la pensión ya es posible que sea pagada y, además, que sea digna.
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