07117-82.LIBROS: 16.Tratado Lógico Filosófico de Wittgenstein: 03.Crítica: Invento y Voluntad

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                                 02.Crítica: Espacio/Tiempo)

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                                  04.Crítica: Lenguaje y Universo)

De ordinario todo texto queda fraccionado en partes, y en cada parte se aborda un tema que define y desarrolla los contenidos implícitos en el asunto del que se desconoce, lo que se hace a través de argumentarios y demostraciones, todo lo cual permite una lectura lineal de la narrativa. En el Tratado, dicha estructura, no existe; se asemeja más a una quebrada.

En dicha ausencia de estructura se encuentra una primera dificultad de entendimiento de la narrativa, la cual quiere sostenerse en la lógica, pero, lejos de aquí, el batiburrillo ya nace en la primera página y se extiende, salvo excepciones, a lo largo de todo el texto. Wittgenstein quiere decir, y dice, más apenas muestra lo que dice, aunque pretende demostrarlo mediante signos matemáticos en función de la lógica. La base es expresar con sentido, o con aquello que tiene sentido pleno, lo que se dice en el Tratado, pero, con el uso reiterado de axiomas lo que dice parte de un invento y no demuestra la verdad del invento. 

        EL INVENTO, según Cómodo Centón en Las Notas para un Imposible Manifiesto Anarquista, es la esencia del Hombre en Voluntad, pero es al tiempo la negación de la Naturaleza que implica, necesariamente, vivir en ella. Inventar es un proceso personal, cuya esencia adquiere valor cuando el Hombre es capaz de transmitirla y, lo primordial, cuando otros hombres son capaces de recibirla como verdad. Por otro lado, en la Evolución de Las Ideas de Cómodo Centón se dice que la Idea de la Persona se sostiene sobre un axioma/ignorancia, de ahí que toda idea sea un invento que evoluciona sobre una idea anterior, y que genera una acumulación de ideas sobre esa idea anterior. Así, la Evolución de las Ideas se sustenta en una hipótesis, todo es un invento, que queda demostrada por su propia condición de invento, y elevada a teoría que, no precisando de demostración, precisa de demostración.

       Wittgenstein establece que de la voluntad como portador de lo ético no se puede hablar, y aunque puede la voluntad cambiar los límites del mundo, no puede modificar los hechos ni lo que se expresa mediante el lenguaje. 

      Que LA VOLUNTAD de la persona pueda cambiar los límites del mundo es, a tenor de Cómodo Centón, una idea sugerente ya que los límites del mundo son los propios de su aspecto de piedra prendida en el universo, por lo que ha de ser entendido que los límites del mundo exceden a los límites del mundo y cobran interés en el ámbito universal. Ciertamente, que el sol se levante mañana es una hipótesis ya que no es posible demostrar que el sol se levantará mañana, esto es, no hay nada en el universo que nos diga que el sol se levantará mañana, aunque hoy se haya levantado. Por otra parte, dice Wittgenstein, que las leyes de la naturaleza no son explicaciones de fenómenos naturales, lo que es así, dice El Centón, en la medida que desconocemos las leyes naturales, aunque podemos apreciar los fenómenos naturales. De haber una relación conocida entre leyes y fenómenos naturales, el Universo no sería un misterio ni estaríamos empeñados en algo tan infantil como Dios. En esto yace lo místico, y frente a este encontramos el análisis, el primero como sentimiento, el segundo como razonamiento, de manera que el primero transgrede el campo de la razón que habita en el análisis. El sentido no se puede expresar, es la parte de la voluntad totalitaria, siendo así como la ética está al margen del lenguaje y, por lo tanto, aquello que la persona no sabe expresar, en tanto el análisis señala lo expresable, un estado donde la voluntad no se haya.