domingo, 18 de septiembre de 2022

07129-85.LIBROS: 19.Tratado Lógico Filosófico de Wittgenstein: 06.Crítica: 01.La Proposición

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                                  07.Crítica: 02.La Proposición)


          Nos dice Cómodo Centón que toda proposición es una conclusión, y añade que, en el lenguaje, en sentido amplio, podemos decir que encontramos dos grandes campos; lo que se dice y lo que se propone. Lo que se dice queda integrado en el lenguaje ordinario, esto es, carece de interés lógico, luego tiende a ser ilógico; de normal o usual todo enunciado propuesto parte de la lógica de lo real, confirma la realidad, y muestra la verdad del asunto que tratamos, proporcionando un conocimiento cierto del suceso. Lo que se dice es lo que es, y en todo caso, si se dice, es porque es verdad, aunque lo que se dice sea, de facto, un decir falso, pues la falsedad de lo que se dice es la verdad de lo que se está diciendo, con total indiferencia de la posición negada que pueda adoptar el receptor estableciendo una lógica diferente a la propia del emisor. La negación del receptor puede implicar, en todo caso, la negación del emisor, y así sucesivamente, generando, de tal modo, una LOGICA/ILÓGICA que se autoalimenta infinitamente y es la base de la contraposición de dos pensamientos. Lo que se propone, por otra parte, sigue diciendo Cómodo Centón, siempre se sustenta en una ilógica o que carece de lógica, es decir, una ILÓGICA/LÓGICA, y que se aprecia como irracional; lo que parece inverosímil, como consecuencia del pensar y que forma una idea, sí es propuesto, requiere de una demostración que evite la fase hipotética de lo declarado, dentro de un proceso racional y en base a un lenguaje científico. 

          Hay proposiciones lógicas que pueden ser ilógicas y proposiciones ilógicas que terminan siendo lógicas, nos dice Cómodo Centón.

           Una PROPOSICIÓN es, nos dice Cómodo Centón, la materialización de una idea resultado de un pensar que deviene en pensamiento y se emite como conclusión, es decir, es un invento humano que ofrece una solución o bien una secuela; dicho invento es un engaño. Su objetivo final es enredar tanto en el lenguaje ordinario como en el científico y facilitar la esclavitud de la persona. Cuando se emite una proposición por una persona, se emite una idea que busca ser un pensamiento incrustado en otras personas, y con tal empotrarse se enquista y pudre el grueso de las mentes humanas mediante una ideología.

          Naturalmente, el concepto de proposición del párrafo anterior no es aceptable por la generalidad de las personas, nadie admite ser el esclavo de otro cuando, de hecho, lo es. Tal rechazo es la dignidad.

     Lo que impide la existencia de una proposición general es la exposición generalizada de proposiciones elementales resultado de la dignidad personal; las proposiciones elementales se suceden y repiten hasta la saciedad de sucederse y repetirse en posiciones individuales, en tanto son transmitidas, mediante herencia, sin embargo, apareciendo y entendiéndose como novedosas en el lenguaje ordinario, aunque no en el lenguaje científico, ya que este último queda sujeto a proposiciones algorítmicas que marcan procesos, en todo caso, hacía adelante.

         Por otro lado, encontramos las proposiciones dictatoriales; estas se caracterizan por su imposición, es decir, son verdad o son verdad, aunque sean, de facto, falsas. Dichas proposiciones son de carácter político, social, económico y jurídicas, de modo que contra ellas no cabe proposición negada alguna, salvo que el dictado de las mismas sea modificado por necesidades políticas, sociales, económicas y jurídicas. Aquí, se implanta la sociedad sobre la persona.

         En el mundo académico quedan establecidas las proposiciones en virtud de la disciplina, obviando, en todo caso, que una proposición es la materialización de idea nacida en el pensar; en filosofía se entiende como un acto mental, relacionando sujeto y predicado, distinguiendo la proposición de la oración; en lógica se dice que las proposiciones son el producto lógico de los juicios, y se emplean letras como contenido de exposición, sujetas a tablas de verdad; en matemáticas son signos de dicha materia los que determinan el contenido de exposición 

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