jueves, 16 de septiembre de 2010

00293-20.SOY EL DESCANSO DE MI MISMO: del materialismo

Ver documento 286

Esta exaltación de la Idea del Hombre desequilibra la relación entre los Sentidos y la Razón. El contenido dialéctico del continuo fluir sufre de una contención en el proceso evolutivo de la Idea. El Hombre descubre, siempre por medio de las ideas, que las cosas, realmente no cambian, y que aquello que cambia lo hace por razón de las leyes del Quantum de la Naturaleza, esto es, por sí mismo. Las homeomerías se vuelven, con un leve giro del entendimiento, en MATERIALISMO; el agua, la tierra, el aire y el fuego que son la base de cuanto existe, lo son en la medida en que significan ser las partes más simples de la vida, y sólo a partir de esos elementos, al casarse, que la Materia evoluciona, pero la Materia es eterna e indivisible y, a su vez, todo lo construye. ¿Y su origen?. Los ATOMOS caen desde la eternidad en el vacío y en el movimiento eterno. Lo importante de esta idea es reconocer que el origen se ignora por el Hombre y que, a la vista de lo dicho, el interés debe centrarse en los fenómenos naturales. Los Atomos son fijos, macizos y diferentes entre sí, ya que de otro modo serían vulnerables al cambio, tanto en sí como en relación a otros y penderían de elementos más simples, y al mismo tiempo, entre sí, deben de contener diferencias básicas, tales como formas y dimensiones. La idea de que nada nace de nada es el principio que opera entre los átomos, y la idea de que su combinación es mecánica fija el fluir de la Materia, siendo así que cuando los átomos se unen forman Materia y cuando se separan la Materia deja de ser, respondiendo entonces al concepto de VACIO. Vemos de este modo como se ejecutan las leyes de la naturaleza pero sin que conste intencionalidad alguna en los átomos ya que el proceso es mecánico. Luego, y por necesidad, ha de existir una CAUSA NATURAL, que se encuentra tanto en la Naturaleza como en las cosas materializadas, y que permite a los Sentidos percibir su existencia. Ahora bien, al concebir al Átomo como origen, se dejaba abierto el propio problema del Origen, de modo que aún negando a lo Eterno, lo Eterno seguía subsistiendo en la Idea que motivaba el significado del Materialismo. El Alma, pues, está compuesta por los átomos del Alma; era una forma de reducir el problema del origen al propio origen, ya que dichos átomos que forman el Alma se crean y se destruyen, y son halos de sustancias muy tenues los que decaen sobre los Sentidos del Hombre y ofrecen el conocimiento de su existencia pero no de su inmortalidad, que al desaparecer el cuerpo y cesar las sustancias que permiten percibirla, desaparece el Alma, siendo significativo que si bien la Materia fluye, no fluye el Alma.

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