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Cómodo Centón tiene por conocido a un BANCARIO, quién en cierta ocasiones se encontraba ejerciendo de festero en las fiestas de su pueblo. Entre las comidas, las bebidas, los bailes, las canciones, los desfiles y resto de las parafernalias actividades festeras, llegó hasta el Bancario uno de los Vecinos del pueblo, iniciándose, entreambos, una conversación que derivó hacía las necesidades de financiación que tenía el Vecino, quién preguntó al Bancario si podría hacerle un préstamo. El Bancario contestó "que lo que hiciera falta, faltaría más" y que "el préstamo ya es tuyo, ¡que sí, hombre, que sí!, que cuenta con el dinero; sin problemas...".
Terminaron las fiestas; regresó el Bancario a su puesto de trabajo en el Banco, y apareció el Vecino, con toda la documentación en la mano, para solicitar el préstamo. El Bancario se quedo in albis, nada recordaba de su promesa del "crédito sin problemas", y además las garantías que el Vecino acarreaba consigo eran, del todo, insuficientes, por lo que denegó el préstamo. El Vecino insistió... "una promesa es una promesa, y los hombres cabales cumplen su promesa". El Bancario le recordó que "eran fiestas, que estaba bebido y que, además, nada de aquella conversación recordaba". El Vecino contestó... "ese problema no es mío", y el Bancario replicó "que no tengas suficientes garantías no es mi problema".
Traducido a la CUMBRE DEL MILENIO tenemos que la fiesta es la Cumbre del Milenio, el Bancario es esa nación cuyo Presidente de Gobierno, en un momento de soberbia pública, dice... "prometo tanto dinero; sin problemas!, y el Vecino es la ONU que iluso se queda con el brindis al sol del Presidente Borracho.
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