lunes, 6 de septiembre de 2010

00279-1.ALFONSO GUERRA el BUFON DEL MIEDO

Un hombre que lleva impresa en su cara la amargura personal y la desconfianza en otros, que constantemente posa con la mano ocultando su boca y mira con el pavor contenido en un odio, solo puede tener por aliado al miedo; ALFONSO GUERRA, EL ETERNO SEGUNDO, contiene en su mente de insultos la sinrazón de una razón condenada por si misma y gestionada por la rabia que siempre conduce a la destrucción "porque sí", en él tan sólo existe la luz que se ve por fuera, ya que en su interior la oscuridad rebosa odio. Pero es un odio cultivado y amado, dominado y esperando para saltar sobre la presa, de modo que el retorno del daño producido no se percibe por sus sentidos y, por lo tanto, jamás alcanza a su razón, de aquí que pueda vivir aparentando serenidad mientras se consume por dentro.

Como eterno segundo ejerce de inagotable BUFON; es el payasete perfecto de un LIDER, pues mientras insulta se acomoda pobremente junto a su amo, al que le debe su carisma y por el que respira una parte de ese aire fresco que él sólo no sabe captar. Para el Líder es un tesoro, como todo buen bufón, que se ignora así mismo mientras sólo piensa en él mismo. Pero como todo buen bufón distingue plenamente entre el bien y el mal, de modo que el bien es él mismo y el mal aquello que ignora su existencia; en esto último se encuentra como pez en el agua y es su ilimitado campo de actuación, donde los rivales están destinados al fracaso.

En 1960, con veinte años de vida, ya era del P.S.O.E., que años más tarde, siguiendo a su señor FELIPE EL TRAIDOR, Alfonso Guerra se ocupo de transformar las ideas socialistas en ideas demócratas, dando origen al P.SD.P.E. (Partido Socialdemócrata Parcialmente Español) sin que por ello se le cayeran ni la vergüenza ni los anillos, pues de ambas cosas no tenía, para luego reírle al SEÑOR "X", mediante graciosas bufonadas, todas las argumentaciones antisocialistas que justificaron la MUERTE DEL SOCIALISMO. Y se quedo en la Cámara de Diputados como Franco se quedo en el Pardo, sólo que democráticamente. Con 70 años sigue haciendo lo único para lo que realmente vale: insultar a unos y olvidar la corrupción en la que vivió y que jamás ha denunciado.

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