martes, 14 de septiembre de 2010

00289-4.NACIONALISMOS: trasferir o delegar

DOCUMENTO ANTERIOR: 00288

DOCUMENTO POSTERIOR: 01464 - 01491 - 01964 (06.09.2104)


La VIRTUD de todo NACIONALISTA se sostiene sobre el principio de que "lo que se da ya no se quita Santa Rita Rita". La demostración de este axioma queda verificada en el Documento 247 del Héroe de Herpetol 2010. Así y ciertamente, tras la contemplación del mencionado principio, sigue la conclusión del Pensar Nacionalista transformando lo meramente obtenido como una ciencia mutada en el hábito de alcanzar la primera causa de todo Nacionalista, como es la independencia. Pero no comprender esto es la virtud de todo Demócrata Occidental necesitado de apoyo parlamentario para gobernar.

En la Constitución Española de 1978 se dice como el Estado podrá transferir o delegar materias de su propia titularidad a las Comunidades Autónomas...; ahora bien, TRASFERIR es ceder a otro el derecho, el dominio o atribución que se tiene sobre algo, mientras que DELEGAR es dar a otro la jurisdicción que tiene por su dignidad u oficio, para que haga sus veces o para conferirle su representación.

Así que, y a la vista del párrafo anterior, pregunta Cómodo Centón ¿que se ejecuta cuando se aplica el artículo 150 de la Constitución Española?, o bien ¿se transfiere o se delega?

Lo cierto es que cuando un Nacionalista pide y recibe del Estado conforme el artículo 150, lo que pide y recibe es una transferencia, pero nunca ni pide ni recibe una delegación. CUERVO LISTO.

TONTO ESTADO. Si lo que entrega lo hace como trasfiriendo, eso que entrega ya no es suyo, de ahí que Santa Rita, Rita, lo que se da ya no se quita. De modo que al trasferir el Estado "sus titularidades" lo que está haciendo es iniciar el CAMINO DE LA INDEPENDENCIA. Y en este proceso LA VUELTA ATRAS NO EXISTE.

Es cierto, queda la modalidad de control del Estado, citado en los artículos 150 y 153 de la Constitución Española; ¡pamplinas! dice Cómodo Centón, y recuerda que lo que se da ya no se quita. Dígale usted a un nacionalista que lo va a controlar y le llamará fascista.

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