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Lo de "robar al rico para dárselo al pobre" está muy bien como ideología, pero ya se sabe que toda ideología es una mera deformación de la realidad en pasado. Y esto es lo que acontece en la mente populista del alcalde de Marinaleda, SÁNCHEZ EL LADRÓN. Lo del "robar al rico para dárselo al pobre" es lo propio de Curro Jimenez , Ho-Chi-Min o Lenin, luego se funda un estado totalitario, eso si, de izquierdas, y hasta aquí hemos llegado.
Robar, sr. alcalde, es robar, y cualquier otra consideración es un argumentario descerebrado. Justificar que lo robado está por debajo de los 400 euros y que, por tanto, no es un robo, sino un hurto, es una manipulación intelectual, además de jurídica, y ya se sabe que todas las leyes miente. Si, además, lo hace una autoridad, en este caso local, es una insoportable levedad...
El asunto no está en la licitud o ilicitud del robo, sino en fijar la línea que separa lo licito de lo ilícito, y, sobre todo en determinar quién está autorizado para fijar dicha linea. En este caso es SÁNCHEZ EL LADRÓN quién se autonombra el fijador de la línea. Como novela decimonónica o serie de televisión o película cinematográfica tiene su tirón populista pero carece de futuro...
Si una persona pasa hambre, tiene que robar. ¡Vale!. Pero justificar el robo por el hambre es otra cuestión. Robo para comer, ¡vale!, pero justificar que uno no roba, sino que toma, porque tiene hambre, ¡no vale!.
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