jueves, 22 de agosto de 2013

01538-04.¿QUIÉN MANDA EN EL MUNDO?: Atenas y Democracia Menor

DOCUMENTO ANTERIOR: 01525

DOCUMENTO POSTERIOR: 01546 - 01550


         Sabemos que en ATENAS, allá en los tiempos de la post-cavernas, mandaban unos seis mil ciudadanos, pero como a todos les venia bien asistir a las asambleas, podemos decir que eran menos de seis mil los que mandaban. Contaba Atenas, arriba-abajo, con unos 500.000 mil pobladores, de los cuales unos 100.000 eran esclavos, entre libertos y metecos sumaban otros 100.000, existían, también, mujeres y niños, y quedaban como ciudadanos titulados unos 20.000, de los cuales se descontaban los solteros y aquellos que tenían pendiente de cumplir con determinadas obligaciones. A tal sistema político le llamamos DEMOCRACIA, como hoy en día, ya siglo XXI, le llamamos democracia.

        Aquella "democracia ateniense" es lo que hoy conocemos, con sus evidentes y aceptadas modificaciones, como DEMOCRACIA MENOR, la cual se sustenta en tres principios esenciales, como son la división de poderes; así, un "poder legislativo" que legisla sobre sí mismo, que legisla sobre el "poder judicial" y que legisla sobre el "poder ejecutivo", donde el "poder judicial" toma decisiones sobre sí mismo, y donde el "poder ejecutivo" puede legislar y ejecutar sus propias decisiones; en la confusión de poderes, donde un "elegido legislativo" puede ser, al mismo tiempo, un "elegido ejecutivo", y puede, al mismo tiempo elegir al "elegido judicial"; y en la irresponsabilidad de poderes, donde "todo elegido" está capacitado para "tomar decisiones sobre otros" y "con el dinero de otros", pero está incapacitado para responder de las decisiones y de la aplicación del dinero.


     Veinticinco siglos después de Atenas, el sistema ha evolucionado. Aunque entendemos que fue MONTESQUIEU, por lo general ignoramos que hubo antecedentes claros de como el concepto de "soberano" deviene en "soberanía" y que se aplica, por primera vez, a la "nación", de forma que ya LUIS DE MOLINA (Cuenca, 29.9.1535 - Madrid, 12.10.1600) nos dice que la "nación" tiene unos administradores, pero que el "pueblo" tiene la "soberanía", de lo que resulta que la "democracia" sea la forma de gobierno natural y reivindique, como su esencia, la "libertad". 

      A partir de las antedichas consideraciones, se crea un sistema político donde lo del pueblo para el pueblo y por el pueblo toma hegemonía, pero deviene en "hegemonía aparente", ya que si bien se parte de tal principio, dicho principio se vulnera como incompetente por imposible, ya que, se entiende, el GOBIERNO no puede ser la decisión de millones de personas, de ahí que se reconduce a una realidad delegativa, de modo que el "pueblo" vota para el "gobierno" y por las "decisiones ajenas", lo cual resulta sensato si recordamos que no todos los ciudadanos atenienses podían acudir a "la asamblea" por diversas y personales razones. Y aunque los había que acudían a "la asamblea", no necesariamente se podían pasar el día entero "de asamblea", de lo que derivaba la elección de "unos responsables" que se encargaban de "mandar", así que mandar, lo que se dice mandar, mandaban aquellos que consideraban haber nacido para mandar y, además, podían hacerlo



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