domingo, 30 de noviembre de 2014

02083-18.IMPOSIBLES: Hodo

DOCUMENTO ANTERIOR:  02076 (27.11.2014)

DOCUMENTO POSTERIOR: 02097 (10.12.2014)


      Hagiónimo era el nombre de HODO, hijo de Hado y de Hada, nació teniéndolo todo... concepto de nombre de santo, heredero del destino e interpretador absoluto. Cómodo Centón lo conoció a la vera de un vericueto, sentado en el suelo, rumiando, comiendo hierbas silvestres y bebiendo agua estancada, confundido y hastiado en aquel babel que era su mente. Llovía..., las moléculas de agua unidas por los covalentes golpeaban el suelo, se deshacían y, al secarse, desaparecían; "lo mismo ha de pasarme a mí" dijo Hodo.

- ¿Qué es eso...?

- Paso y Puerta -respondió Hodos-

- ¡Ah! -significó El Centón-

- Lo que separa la existencia de la esencia

        Y el sol amanecía; era el hado de Hodo permanecer sin destino en aquel puerto de silencios, reflejos del halda que traían consigo, que vino el agua a caer desde lo bajo al vacío, de forma que Portuno tuvo que proteger la arpillera, que traía consigo, de Robigo, para evitar que éste destruyese el trigo, ya que si tal suceso acontecía, acontecería lo dicho por el Hada Madrina, que dejaría el sol de dar luz y el agua dejaría de ser un fluido. ¡Que poco vale la vida sí tan solo se reduce a oxigeno e hidrógeno compartiendo caprichosos electrones en un éter inexistente de materia y sin vacío!

       Al punto que estaban en aquello, vieron llegar a las naves derivando sobre el suelo, que el polvo muerto se levantó y vino a cubrirlo todo de ciegos, hombres que andaban a tientas, todo tocándolo, sonatas, sinfonías y conciertos, que bailaban sin saber que bailaban por no verse bailar mientras preguntaban dónde se encontraban los pileus. Hodo, que los miraba pues en su vista rayos tenía puestos, dejaba que los haces salieran, rebotasen en el sol y sobre las gotas de agua regresasen a la tierra donde ser alimento. ¡Ah Hodo, tu destino queda expuesto!, que el Hada Madrina lo dijo.... dejará el sol de dar luz y el agua dejará de ser un fluido, pues de tus ojos saldrán las imágenes que los hombres verán tras pasar la puerta que guardas entre la existencia y la esencia.

      Más... ya era tarde; que la noche y la mañana habían pasado, llevadas por las nubes, quedando la tarde apostada en un río de fluidos negros, enrojecidos por los ropajes ensangrentados que las hermanas lavaban para sus hermanos muertos, a manos, decían, de Hodo, aquel que tenía el destino expuesto. Hodo, sin embargo, seguía allí dónde Cómodo lo encontrara, a los pies de la Sierra del Hombre, junto al Paso y Puerta, no siendo ni el "destino" de su padre Hado, ni el "hada" que fuera su madre Hada.

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