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Creer en "dios", sea cual fuere la religión, es un acto íntimo
que el hombre realiza en la intimidad de su alma, de ahí que cuando
el hombre abandona el interior de su casa y se expone a la sociedad civil en la
que vive, su actividad y atuendo religioso ha de quedarse en casa (véase documento 01159 de este índice). AHORA BIEN, tras la creencia en "dios" se oculta el MIEDO A PERDER EL PODER.
En ALEMANIA hay una MORA-NIÑA de 12 años a quién su "dios" no le deja contemplar el torso desnudo de los hombres, de lo cual entendemos que cuando ésta "mora-niña" sea madre NO PODRÁ ver a su hijo varón. ¿Cómo dice usted?...; ¡ah, que yo no lo he entendido!
EL ABOGADO de la "mora-niña" dice que algo así como que el CORÁN no lo permite, y ¡claro!, la ley de "dios" hay que cumplirla, y ¡cómo no!, hay que cumplirla por encima de la LEY CIVIL. He aquí un manifiesto GESTO DE INTEGRACIÓN de todo un país, en este caso llamado Alemania, integrándose en la religiosa mente de una niña de doce años.
Afortunadamente en ALEMANIA un TRIBUNAL ha resuelto contra tal evidente intento de imposición religiosa, obligando a la fundamentalista alumna musulmana a ir a clases de natación, argumentando que nadie la obliga, salvo sus padres, a vivir en Alemania, de modo que pueden regresar a Marruecos, y que existe, si quiere, el bonito BURKINI para que se meta en la piscina con los chicos de su edad.
El sentido de la PROMOCIÓN DE LA INTEGRACIÓN Y TOLERANCIA no parece ser causa insertada en la mente del MORO-CORÁN, salvo que "usted" se presente en casa del "moro", donde usted tendrá que integrarse en la anti-tolerancia allí reinante. La idea del "moro-corán" es muy simple.... ¡que se integren ellos!
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