Documento posterior 01282
Al caer de la
mañana
grises nubes eclipsan
el nacer de
la tarde.
El limpio y
fuerte azul
apenas paso se
abre
entre los
ventanales.
Susurra, levemente frío,
un aire a trompicones
en los oídos, canciones.
En las calles de Alicante
trasiego de gentes, van
y vienen, se detienen.
Ficus y palmeras se mecen,
no se mueven, y Alicante
con amor de secano las retiene.
Hay que cerrar los ojos,
abrirlos al momento
he aquí al sol floreciendo.
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