01209-130.HISTORIA DE ESPAÑA: 02.Educación y Enseñanza: DGT

Documento anterior      01151 -01198 - 01194 - 01184 - 00057 - 01204

Documento posterior   01212 - 01215 - 02087 (03.12.2014)

                                         I: DEL APRENDIZAJE SEGÚN LOS BURROS

   La DIRECCIÓN GENERAL DE TRÁFICO ha descubierto, en este año del 2012, una obviedad: no se estudia, se memoriza. Confiemos que tal evidencia sea ahora descubierta en los colegios, en los institutos, en las universidades, en las empresas, en las oposiciones a la administración, y que la TITULITIS deje de ser, por fin, un valor social y profesional. La DIRECCIÓN GENERAL DE TRÁFICO ha decido aumentar el número de preguntas en los "memos exámenes de test" que aplica al Teórico del Carnet de Conducir, pasando de 800 posibles preguntas a 15.500 preguntas posibles,  de modo que resulte más difícil memorizar respuestas, cuando lo que tendría que hacer sería realizar un examen de test, un examen escrito y un examen oral; ésto no crea depresiones post-parto como parece son habituales en algunas mujeres... cuyo destino natural es parir. Cómodo Centón ha realizado exámenes orales, con preguntas sorpresas que interrumpían la exposición, y no ha sufrido depresión post-parto.  

    Hace años, muchos años, tal vez, acaso, cientos de años, que CÓMODO CENTÓN ejerció de alumno, y en aquel triste periodo de la vida del Centón, tal condición de alumno generaba en Cómodo grandes depresiones, que no propias, sino ajenas, al ver como los llamados "alumnos brillantes" se hundían en la miseria de la realidad una vez concluidos los llamados "estudios".  Por aquel entonces accedían a las UNIVERSIDADES sobre todo hombres y un porcentaje pequeño de mujeres, y en aquella universidad predominaba la ignorancia y la repetición, pues los alumnos estudiaban dos días antes del examen, de modo que lograban "titulo" los ALUMNOS-MEMORIA. Grandes Oráculos abrazaron la llegada masiva de mujeres a la universidad, hasta que éstas superaron a los hombres en número de matriculas y de títulos, reinando la idea de que las mujeres son más listas que los hombres. Pero la universidad ha seguido siendo ese "colegio de mayores" llenos, esta vez y ahora, de ALUMNAS-MEMORIA, muchas de las cuales solo progresan gracias a la DISCRIMINATORIA CUOTA FEMENINA, tan de moda en este mundo "femenino" en el que vivimos.   

                                                     II: ALGO DE HISTORIA

      CÓMODO CENTÓN se presentó y aprobó el examen de conducir tras asistir a la auto-escuela durante unos ocho días en clases de tres cuartos  de hora, y conducir durante once días en clase de tres cuartos de hora; antes, jamás había cogido un coche. Pero el TÍO JOSÉ aprobó el examen de conducir sin estudiar ni un solo día, y aprendió a conducir con un "manual del conductor" que venía con el coche que compró, realizando una prueba práctica desde la cabecera del Barranquet hasta la desembocadura del mismo, logrando no llevarse por delante a ningún "burro" y "persona" que por la citada y céntrica calle de Alicante pasaban.

           III: CONCEPTOS

La EDUCACIÓN no existe, dice Cómodo Centón, y añade que quién dice educar es una mezcla de vanidad y soberbia. Se EDUCA para lograr que lo que "uno es" sea "lo que es otro", de modo que "educar" es un acto de dominación que "uno" ejerce sobre "otro"

La ENSEÑANZA existe si es percibida, y no existe si no es aprehendida, de modo que pretender "enseñar" es un acto ilusorio de aquel que enseña, dice Cómodo Centón.

       IV: EXTENSIÓN DE LOS CONCEPTOS

Si pidiésemos a SATANÁS la redacción de una Ley de Educación y Enseñanza, obtendríamos un texto diferente si la tal "ley" se la pidiésemos a DIOS. En tal situación queda claro que los dos mienten, ya que las "leyes" no serían iguales, salvo que Dios y Satanás fuesen el mismo, o bien que uno miente y el otro dice verdad, no dándose, por perogrullo, que ambos dijesen la verdad, ya que la VERDAD es un pensamiento único que en ninguna caso puede partirse ni hallarse en dos espacios-tiempo al mismo tiempo y en el mismo espacio, dice Cómodo  Centón.