domingo, 8 de septiembre de 2013

01567-66.ALICANTE: De los submarinos Garcibuzo e Ictíneo II al Isaac Peral

DOCUMENTO ANTERIOR: 01563

DOCUMENTO POSTERIOR: 01705


                                           I: EL SUBMARINO PERAL EN 1888

        El ocho de setiembre de 1888 ISAAC PERAL probaba en Cadiz el primer submarino militar de la historia de la navegación. Se cumplen 125 años en este de 2013. El mencionado BARCO-PEZ funcionaba por medio de baterías, lo que proporcionaba una corta navegación a una velocidad de diez nudos. El casco era ahusado, y disponía un propulsor y controles externos con forma de cruz, anticipando diseños posteriores, así como de un sistema de aire. Su añadido más importante era el tubo lanzatorpedos con los tres torpedos que portaba. En junio de 1890 lanzó el primer torpedo de la historia de la navegación.


                                                    II: ALICANTE EN 1860

     La ciudad de Alicante es, en aquel año de 1860, una ciudad libre, ha dejado de ser una ciudad amurallada y puede expandirse más allá de los 30.000 pobladores que la habitan... se inician los trabajos de los Pozos de Garrigós, se celebra la Exposición Agrícola Industrial y Artística, nace el Círculo de Artesanos, se abre la Escuela de Ciegos, y se decide la sustitución de las lámparas de aceite por las de gas, entre otras novedades. 


                                      II: EL SUBMARINO GARCIBUZO DE 1860

      Pero el acontecimiento más interesante es la llegada a ALICANTE de un "barco-pez", construido por Cosme García Sáez y que recibe el nombre de "Garcibuzo", que tiene forma de cigarro-puro, construido con planchas de hierro y de siete metros de longitud. Los tripulantes serán Cosme García y su hijo, los cuales entran en la nave después de las 6,00 horas del día cuatro de agosto y la sumergen a las 7,00 horas en la parte más profunda del puerto, formado entonces por los actuales muelles cuatro y seis hacía el sur y el muelle ocho actual orientado hacía el suroeste. 

     Cerrada la entrada mediante una tapa metálica, vino de seguido el "barco-pez" a desaparecer bajo las aguas mientras la angustia se apoderaba de los mirones. El submarino permaneció en el fondo del mar sin tubo para respirar ni cuerda que lo sustentase, haciéndose visible en ocasiones y otras tantas desapareciendo, evolucionando en diversas direcciones y a diferentes velocidades, haciendo virajes sin auxilio y sin indicación alguna. Cuarenta y cinco minutos más tarde se abrió la escotilla, y por la misma se dejaron ver el padre y el hijo, tranquilos y frescos, sin fatiga ni cansancio alguno, normalmente respirando.  

     Como quierase que el inventó, si bien agrado no resultó de utilidad al Estado Español , fue hundido por el hijo de Cosme, tras ser informado por la Autoridad Portuaria que el submarino molestaba el tráfico marino.


                                           III: EL SUBMARINO ICTÍNEO DE 1861

      Un año más tarde, el siete de mayo de 1861, se realizaron las pruebas en Alicante del "Ictíneo", construido por Narciso Monturiol. La nave media siete metros de largo, dos y medio de manga y tres y medio de alto. Era cilíndrico  y de sección elíptica la cámara interior, y su tripulación era de siete hombres. El "barco-pez" bajó y subió, anduvo y viró, y esto a pesar de la alteración que las aguas tenían aquel día en Alicante.

       Tampoco resultaron propicios los esfuerzos de Monturiol, de ahí que hubiese que esperar al "Peral", que, por cierto, no tuvo mejor suerte. 

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