DOCUMENTO ANTERIOR: 01574
DOCUMENTO POSTERIOR: 01594
Soy
una fregona pegada
a un esclavo,
él
me balancea
con sus manos,
mi melena
oprimiendo sobre
el suelo
aprieta fuerte
y yo me seco,
y de nuevo
me humedece,
en el cubo
introduciéndome,
de agua mezclada
con fuertes aromas,
que son para mí
como el opio
que me ayuda
a seguir respirando.
¡Es un primor este
esclavo de fuego!.
Aprieta con fuerza
mi cuerpo sobre
el cesto, y alivia
de mí todo el agua
que resta de mi
cuerpo, y vuelta
a empezar
sobre el suelo
sucio que me da
la vida.
Apuesto que es el mejor poema que jamas haya sido dedicado a una fregona, quizás también el único, jajaja, un saludo, genial el blog, diferente.
ResponderEliminar