lunes, 7 de octubre de 2013

01598-23.EL VIAJERO MADURO: 01.El Barrio de Alicante

DOCUMENTO ANTERIOR:  01518

DOCUMENTO POSTERIOR: 01600


     El BARRIO de Alicante es como un triangulo que tuviera una hipotenusa de 600 metros y dos catetos formando un ángulo de noventa grados, donde de norte a sur la distancia es de 300 metros, y de este a oeste venga a sumar unos 500 metros, dentro de una superficie de ocho hectáreas. Pero en ese pequeño espacio late la eterna vida de una ciudad que sí en tiempos pasados fue la ciudad misma, es hoy esa parte de Alicante por donde pasan, inevitablemente, una tras otras todas las generaciones. En el BARRIO hay algo de todos, vivan en su espacio o sea el espacio de un tiempo parcial de la vida de, sino de todos, casi todos lo que han vivido en "otros barrios", porque al BARRIO se va porque no ir al BARRIO es como no haber estado en Alicante.

    Existen, como en cualquier otro pueblo, en Alicante varios "alicantes", pero todos ellos son "uno" entre la Explanada, la Rambla y el Benacantil, y a ese "uno", cuando al mismo se refiere, cuando al mismo vamos, cuando del mismo venimos, o del mismo nos acordamos, en Alicante se le llama el BARRIO, porque en Alicante "todos" tienen algo que contar del BARRIO.

    Ya tiene el VIAJERO MADURO su plano callejero en la mano, y sobre el mismo tiene marcado el punto de partida. Hay que situarse en la PLAZA DE SAN CRISTOBAL, que es hoy, por la mano del hombre, un desastre de plaza. Allí hay que buscar la calle de GENERAL ROVIRA, que fue marino en el siglo XVIII e inventor de un sistema de cañones que se cargaban por la culata, hasta llegar a la calle del médico FRANCISCO ALVAREZ, que fue de "alpargateros" en el siglo XVIII y que se presenta algo pina hasta que llegamos a la PLAZA DEL CARMEN, la cual tiene su origen en el vaciado de un edificio allí existente, en este caso el convento de los carmelitas descalzos, que fue abierto en la segunda mitad del siglo XVI sobre una pequeña iglesia existente sobre el mismo barranco que arrancando del cerro de La Ereta bajaba por la actual calle de San Rafael. Los años dieron prosperidad a la orden que mejoró, amplió y levantó un pequeño templo de cruz latina junto al convento. Con la desamortización de Mendizabal pasó el convento a ser Cuartel de Artillería y en 1915 casa de los jesuitas, siendo posteriormente abandonado en su ruina, para ser demolido durante la Guerra de 1936-39. La plaza destaca por ser el área de mayor tamaño existente en la zona, con un gran desnivel como consecuencia de asentarse sobre la ladera del Benacantil, siendo de perímetro irregular, sin alienaciones unificadas y con edificios que la enmarcan dentro de una actividad profundamente social, de encuentro y de esparcimiento. El centro de la plaza se encuentra ocupado por una plataforma terraplenada y provista de un muro de contención, como consecuencia del desnivel, quedando elevada y aislada de la circulación vial. Al sur de la plaza encontramos una estructura urbana irregular, de edificios viejos y abandonados, así como solares que son escombreras y pequeñas selvas de matorrales, Según las épocas y las modas urbanas, la zona aumenta o disminuye el número de bares, tabernas y similares entre un grupo de calles como la de Argensola o Subida al Carmen, Cienfuegos o de los Sastres, la de Cisneros o los Diezmos, la de Nájera o del Bale...

     Si el Viajero Maduro mira al norte, verá la estrecha calle de Los Ciegos, hoy de SANTA LUCIA y que fue habitáculo de ciegos hasta la primera mitad del siglo XIX, los cuales se ganaban la vida con rezos y cantos a domicilio de novenas y plegarias. Según miramos a la derecha encontramos la calle de SAN RAFAEL que es el Barranco del Carmen, y que también fue calle de Olmet y en otros tiempos lo fue de San José; subimos por sus escalinatas hasta algo manos de su mitad, donde giramos a la izquierda para adentrarnos en la calle de SAN BARTOLOME a la que llamaron de La Figuereta por verse en ella tal árbol, y que nace orientada al norte y después gira al oeste, por donde seguimos teniendo a nuestra derecha el muro de un parque elevado, hasta su final, no sin antes poder ver a la izquierda a la ya citada calle de Santa Lucia. Subimos, a la derecha, unos escalones, y llegamos a la calle de SAN LUIS, que es calle como las anteriores y caminamos hacia el este hasta llegar al parque elevado antes citado, desde donde tomamos, hacia arriba la escalera que conduce a la calle de SAN ANTONIO que, de momento, ignoramos. Estamos en una trama urbana de casas de pobres materiales entre cuidadas y abandonadas. La soledad del entorno y el silencio gobiernan la zona, donde más allá de las casas resulta imposible vislumbrar el camino. Frente a nosotros tenemos las escaleras que suben a a la parte más alta de Alicante, y por las mismas llegaremos a la ERMITA DE LA SANTA CRUZ, cuya fábrica fuera purificada por Alfonso El Sabio, y dicen que fuera sinagoga. El actual edificio es del finales del siglo XVIII, y sobre las misma se han realizado diversas actuaciones en el siglo XIX, en 1915 y la última de 1944, fecha de la que data el Cristo que es la esencia de su veneración. La fachada es plana, con una puerta, que da acceso lateral al templo, de sillería y adintelada, pilastras sobre pedestal y entablamento de orden dórico, destacando el pórtico del blanco muro, disponiendo de una pequeña galería y balaustrada, y estando coronada con una pequeña campana dentro de una espadaña. El interior es de una sola nave, dividida en tres crujías con pequeñas capillas laterales. Junto a la  ermita encontraremos la escalera que da acceso al BALUARTE DE LA AMPOLLA desde donde podrás contemplar, a tus pies, la ciudad de Alicante, desde el mar hasta las montañas, y desde donde parte la muralla que sube hasta la Fortaleza de Santa Bárbara. 

     Regresamos sobre nuestros pies y apenas salimos del recinto de la ermita encontramos a nuestra izquierda la calle que se encuentra a mayor altura de las de Alicante, que es la del DIPUTADO AUSET, primer representante, junto con Beltrand de Puigmoltó, de Alicante en cortes en el año 1329, que es estrecha y según la vemos con una sola alienación de casas a nuestra izquierda. Con esto volvemos a la calle SAN ANTONIO, la principal de la zona, donde podemos advertir pintadas las fachadas de sus casas con el blanco y el azul de la bandera de Alicante. Desde su amplia balconada podemos apreciar la TRAMA VIARIA irregular sobre la que venimos caminando, que es de manzanas alargadas en comunión permanente con las curvas de nivel, sobre grandes rasantes, reforzado por las características de acabados, huecos, color, materiales, cornisas y volúmenes, construidas las casas por Maestros de Obras o por los mismo propietarios, difíciles de fechar aunque levantadas a partir del siglo XIX. Las CASAS, con falta de ornamentación, muestran una tipología de escasa longitud de fachada y en desarrollo vertical, con dos o tres alturas y uno o dos huecos por planta, siendo interesante observar el mayor vuelo en los pisos superiores o terminación en terrazas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario