sábado, 12 de octubre de 2013

01609-26.EL VIAJERO MADURO: 04.El Barrio de Alicante

DOCUMENTO ANTERIOR: 01606

DOCUMENTO POSTERIOR: 01614


     Cuando salgas de la Casa Consistorial, toma tu derecha, hacia la calle ALTAMIRA, que toma su nombre del historiador alicantino Rafael Altamira, y que antes fue de La Princesa, de Prim, de Riego, del Correo, del Matadero, del Mar, habiéndose formado en la primera mitad del siglo XVIII, teniendo por reputación la calle de Alicante que más veces ha cambiado de nombre. Por esta calle, y desde la Puerta Nueva, pasando por delante del Ayuntamiento, corría la muralla cristiana levantada en el siglo XIII, y fue al derribo de estos muros, como consecuencia de levantar unos nuevos, que se formó el espacio que posteriormente daría lugar a la actual calle de Altamira. En la misma se encuentra EL PASAJE DE AMERIGÓ, que toma nombre del hacendado José Amerigó, quién compro a mediados del siglo XIX el Convento de Dominicos, demoliéndolo y  levantando en aquel solar la casa que hoy ves. El convento fue de finales del siglo del siglo XVI y estuvo situado junto a la casa de la familia Mingot, dando las celdas del mismo a la parte del mar y la iglesia a la calle Mayor. La CASA AMERIGÓ, hoy día es un hotel, es uno de los volúmenes de mayor superficie del siglo XIX en Alicante; se sitúa dentro de las características propias del eclecticismo histórico propio de la época, encontrándose en el pasaje los zaguanes de acceso a las viviendas y antiguamente diversos comercios. El edificio presenta su parte más noble a la calle Altamira, configurando su fachada dos cuerpos distintos, el primero sobre tres plantas y el segundo sobre dos, con presencia de ventanas al modo de arcos ojivales y arcos rebajados en los huecos de las alturas superiores, las cuales se encuentran conformadas por pilastras de orden jónico.

      Si es posible cruza el "pasaje", sino regresa hacia el Ayuntamiento y gira a la izquierda por la calle de FRANCISCO JAVIER que es la calle más estrecha de Alicante y saldrás a la calle MAYOR. Cuando en el siglo XVI se derriban las primeras murallas cristianas de Alicante que transitan por las calles actuales de Jorge Juan y Altamira, se desarrolla el ensanche que propicia la aparición de la calle Mayor a lo largo del siglo XVIII, pero será a principios del siglo XIX que se transforma en la principal de Alicante y adquiere la de "calle salón". Es una calle funcional y eje de comunicaciones. Enlaza con la zona de la Plaza del Puente por la Villavieja, con San Roque, Santa Cruz, El Carmen y Quijano a través de la calle San Agustín, formando eje con Labradores y desde ella se alcanza el mar. Tiene una gran riqueza urbana, con similares alturas de las cornisas, colores y códigos específicos en cuanto a materiales y acabados, estableciéndose cierta desproporción entre alturas y ancho de la calle. En el pasado tuvo uso oficial y comercial, destacando hoy día el uso de casas comidas. Por la calle MUÑOZ que responde a José María Muñoz, que es corta, llegarás a la PLAZA DEL ABAD PENALVA, que lo es desde 1904 y como consecuencia del derribo de un grupo de casas. 

       Tiene ante ti, Viajero, el templo de SAN NICOLÁS. Antiguamente en aquel lugar existió una mezquita que se encontraba a extramuros, con un cementerio y balsas para las abluciones, así como unas casas de baños. Al ser tomada la ciudad por Alfonso El Sabio, se transforma en templo cristiano y se la conoce como Iglesia de Fora aunque dedicada a San Nicolás como consecuencia de que la ciudad mora se convirtiera cristiana un seis de diciembre. El templo,  tal como lo ves, se comenzó a levantar en el siglo XVI. Un orden estrictamente académico, Concilio de Trento, de todos los elementos se dispone en el exterior, con paredes lisas y sobre ellas los pórticos, que no dejan de ser bajorrelieves, con influencias manieristas y sin ornamentación. En la calle de la derecha, de Miguel Soler, se encuentra la "Puerta Negra" por estar labrada en piedra de color negruzco, es de medio punto, flanqueada por sendas columnas de orden jónico, con fuste acanalado, en su parte inferior decorada con bastoncillos y apoyadas sobre basa común a ambas. Los intercolumnios se decoran con cajetines ocupados y rematados en los extremos por sendos prismas triangulares. Las columnas sostienen un entablamento corrido sin decoración y con la cornisa muy en saliente, sobre la que se dispone un frontón triangular partido en el centro para albergar una hornacina avenerada, donde vemos la imagen de San Nicolás, que se sitúa en el eje del arco de ingreso, flanqueada por sendas columnas pareadas de origen toscano que sostienen un entablamiento y un frontón triangular. Delante de ti tienes la "Puerta de la Virgen del Remedio", de medio punto, decorada con un distel, un baquetón y una ménsula geométrica en la clave, apoyado el arco en pilares figurados, estando flanqueada por dos parees de columnas toscanas que descansan en mediano basamento, careciendo de decoración en los intercolumnios. Las columnas sostienen un entablamento dórico corrido, cuyo friso presenta triglifos y metopas, sobre el que se asientan un frontón triangular, partido en el centro para albergar una hornacina que se sitúa en el eje del ingreso sobre un basamento de escaso vuelo y que contiene la imagen de la Virgen del Remedio, la cual está flanqueada por dos pilastras pareadas, con fuste liso y ménsula haciendo las veces de capitel, cubriendo el todo un entablamento rematado por frontón curvo. Interiormente es de planta latina, quedando el sentido longitudinal de la nave dividido en tres tramos de iguales dimensiones, siendo el ancho un tercio del total de la longitud. En el tercio de los pies se sitúo un antiguo coro y se pueden ver diversas capillas, ocupado el cuadro central por el crucero y la proyección de la cúpula, y conteniendo el tercio de la cabeza el altar mayor y un ábside que lo bordea, donde destaca la imagen de San Nicolás y el busto de Santa Felicitas con sus reliquias. En el presbiterio podemos ver un tabernáculo. El edificio presenta un primer piso, donde se sustenta un órgano del siglo XVIII. Queda adosado al templo un CLAUSTRO, en uno de sus lados encontrarás el viejo reloj, en otro la entrada al archivo, a la sala capitular y a la sacristía, encontrándose en una tercera ala la entrada a la CAPILLA DE LA COMUNIÓN, a la que también se accede por el interior del templo; se levanta posteriormente al templo, sobre cruz griega, predominando el muro sobre la columna, estando iluminada por la penetrante luz de las ocho ventanas sobre las que se sitúa la cúpula.

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