jueves, 10 de octubre de 2013

01606-25.EL VIAJERO MADURO: 03.El Barrio de Alicante

DOCUMENTO ANTERIOR: 01600

DOCUMENTO POSTERIOR: 01609

   
     Al final de la escalera se encuentra la PLAZA DE SANTA MARÍA que es no muy grande, irregularmente cuadrada y con fuerte rasante. Si te asomas al pretil que encontrarás a tu derecha, podrás imaginar la existencia en el pasado del muro que arrancando desde la Puerta Nueva y cruzando el Paseo de Ramiro corría, más o menos, por la calle Jorge Juan, existiendo a la altura de donde te encuentras una de las torres de la muralla, de manera que era posible contemplar el mar, cosa que hoy no sucede por el conjunto de edificios que lo impiden. La plaza, como la IGLESIA DE SANTA MARÍA que tiene ante tus ojos, está cimentada sobre las estribaciones del Benacantil, lo que hizo necesario para conservar la horizontalidad del piso de la construcción del terraplén a tu derecha y de un bajo desnivel a tu izquierda. Lo que tienes ante ti, Viajero, es la Mezquita sobre la que se levanto la actual Iglesia de Santa María Asunta o Santa María de la Mar a partir de 1247 y, en cierto sentido éste templo es la joya de Alicante. La actual fábrica tiene su origen en el siglo XIV y se apoya en un terraplenado contenido por un fuerte muro que la protegía de las embestidas del mar, lo que hace posible que el propio templo pasará  a ser, por su muro orientado al este, parte de la muralla. El aspecto exterior del templo es liso, sobrio, conteniendo en sus tres puertas elementos ornamentales. Destaca la central por su tamaño y características, facilitando el acceso al templo; consta de dos pisos, en el inferior las columnas están exentas del cuerpo de la fábrica y sostienen una cornisa que se curva en su centro, por debajo de la cual el dintel de la puerta se sitúa a la altura de los capiteles de las columnas. El piso superior es más ligero, los pedestales dan lugar a columnas que guardan el conjunto así como soportan imágenes, situándose en el centro de este conjunto una hornacina que acentúa el claroscuro de sombras y luces, guardando la imagen de una virgen de la Asunción. Todo el conjunto se presenta fuertemente ornamentado; también las puertas laterales que dan acceso a una capilla y a baptisterio. El edificio se encuentra terminado en dos torres, viéndose en una de ellas una pequeña ventana que da a una sala y que fuera, en otros tiempos, lugar de refugio de perseguidos por la ley. El interior de la iglesia es un conjunto gótico, con arcos ojivales, bóvedas de crucería, columnas jerarquizadas, y que presenta un equilibrio que carece de tensiones, de planta única, con predominio longitudinal. Las capillas laterales son el resultado de la perforación de los contrafuertes, quedando unidas por medio de arcos peraltados, dando lugar a nuevas naves que acrecientan el sentido longitudinal de la planta y permiten un efecto deambulatorio que todo buen paseante ha de ejercer. Interiormente presenta una serie de estancias, en la cabecera nos encontramos con la antesacristía, la sacristía, el aula capitular, el antecoro y el coro. En los laterales se suceden capillas, destacando la de la Inmaculada y la pila bautismal.

      Una vez fuera del templo mira a tu derecha; verás LA ASEGURADA, hoy Museo de Arte Contemporáneo, antes Centro de Enseñanzas Medias, Escuela de Comercio, Archivo Notarial y cárcel, y en su origen, allá por la segunda mitad del siglo XVII depósito de harina; su fachada presenta tres huecos en cada una de las tres plantas, siendo destacable el pórtico dórico de acceso. En su interior un conjunto repetido de crujía y arcos de medio punto y carpanel, imprimen un espacio permeable e inédito para su época. Sube ahora por la leve rampa que salva la rasante a la calle VILLAVIEJA, que fue la principal de la ciudad mora y la más cercana al mar, y que por entonces era la calle Baja, girando hacía la izquierda, hasta llegar al cruce de la Villavieja con la calle Maldonado. Allí encontrarás la PUERTA DE FERRISA, la principal puerta de las murallas moras, derribada en 1858 y por donde la ciudad fue tomada por Alfonso El Sabio de Castilla. Aquí se inicia la calle MAYOR, acerada en 1776 y alcantarillada en 1859, y que fuera la principal durante el siglo XVIII, influyendo en los dos siguientes por sus tiendas y vida pública; encontrarás a tu izquierda la casa del Marqués del Bosque, y de seguido la LONJA DE CABALLEROS, ubicada en un lateral de la Plaza de la Santísima Faz. Allí se reunían los comerciantes para sus tratos mercantiles así como los caballeros en relación a las subastas concesionarias de impuestos reales; era el edificio gótico, de piedra del cerro de San Julían y sus siete columnas de molduras con nervura sostenían la cúpula, siendo derribado en 1862, conservándose lo que actualmente estás viendo. A la PLAZA DE LA SANTÍSIMA FAZ se la llamó de la "harina" por los depósitos que allí hubo, de la "Fruta" por ser centro de compra venta de tales productos, del "Progreso" y desde 1921 su actual nombre. Tenía una fuente en su centro y varios tarabintos, la Real Baylia tuvo allí su sede durante los siglos XVI y XVII, y hasta 1848 estuvo la cárcel, así como a lo largo del siglo XVIII estuvieron allí ubicadas las viviendas de muchos de los notables de la ciudad. Situado en esta plaza podrás contemplar la parte posterior del Ayuntamiento, por lo que deberás dirigirte, a través de uno de los pasajes, a la PLAZA DEL AYUNTAMIENTO donde hubo una puerta con dos torreones correspondiente al amurallado cristiano del siglo XIII y que fue derribada sobre 1530 como consecuencia de la ampliación de un nuevo muro que trasladaba la puerta más cerca del mar. Se habilitó una plaza triangular conocida como "Alfonso XII" y fue "Plaza del Mar" por hallarse allí el Consulado del Mar hasta 1940, fecha que paso a llamarse del "Dieciocho de Julio" ya como un espacio cuadrado resultado de la explosión de una armería. La plaza dispone de una edificación unitaria en tres de sus lados, de estructura neoclásica e influencia herreriana, levantándose en el cuarto lado el palacio municipal. 

      El AYUNTAMIENTO que estás viendo vino a sustituir a uno anterior que fue destruido en 1691 por una escuadra francesa. Las obras del nuevo edificio se extendieron a lo largo del siglo XVIII, resultando de planta rectangular, presenta los lados de mayor longitud con fachada a las dos plazas ya citadas, mientras que los laterales dan a pasajes, uno de los cuales se denomina "Portillo" y en cuya superficie existió un local de ultramarinos del sr. Gómiz, que fue alcalde, al cual llaman Ansaldo, siendo hoy conocido como Pórtico de Ansaldo. El número de plantas del Ayuntamiento es de tres. La inferior resulta destinada a zaguán y accesos, la segunda contiene la función corporativa y representativa, destinándose la tercera a servicios. En el frontispicio es de apreciar una singular organización rítmica en los tres diferentes cuerpos en que podemos dividir la fachada. En el inferior se sitúan los cinco huecos de acceso al recinto, guardando entre ellos la debida jerarquía, actualmente los dos menores son ventanas. La central aparece flanqueada por columnas salomónicas pareadas y exentas, sostenidas por una basa y adornadas por una ornamentación variada, que culminan en capiteles de orden compuesto. A ambos lados de la puerta principal se abren dos puertas de menor envergadura donde el dintel de la mayor es sustituido por arcos, bordeándola una columna apilastrada a cada lado, levantadas sobre basas y mostrando unas estrías que la recorren en sentido diagonal, cerrando el conjunto capiteles y cornisas así como la correspondiente ornamentación. En el segundo cuerpo vemos una primera serie de balcones de grandes dimensiones y vuelos, cubiertos con frontón quebrado y culminados con la debida ornamentación ya mencionada, sobre ellos un espacio vacío nos muestra el antiguo escudo de la ciudad y nos acerca a la última planta, donde se pueden apreciar influencias del estilo rococó en la serie de balcones allí expuestos. Termina la edificación en un antepecho de piedra. La gran pieza central de puertas y balcones se haya custodiada, a ambos lados, por sendas torres que rompen la horizontalidad del edificio, cuyo cubo de remate presenta las aristas achaflanadas y envueltas con un tratamiento rococó. Se puede ver en la base de la escalera el NIVEL CERO por el que se rige la altura de las curvas de nivel en España, y es interesante visitar la primera planta del edificio.

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