lunes, 1 de febrero de 2021

06328-360.MUNDO: 78.Virus Corona: 07.Vacuna: La lucha por la Vacuna: Precio y Tiempo de Entrega: Concepto de Egoísmo

DOCUMENTO ANTERIOR
05857 812.06.2020 - 49.Virus Corona
                                   ¡Laboratorios y Cientificos miserables!)
06319 (30.01.2021 - 627.EUROPA
                                   77.Virus Corona
                                   06.Vacuna: Contrato AstraZeneca)

DOCUMENTO POSTERIOR
06333 (03.02.2021 - 79.Virus Corona: 08.Vacuna
                                  01.De la vacuna infectada)

I: CONCEPTO PREVIO

      En síntesis se puede decir, de la mano de Bernard Mandeville (1670-1733), que el Egoísmo Personal produce bienestar, en primer lugar e indivualmente para el egoísta, y en segundo lugar o socialmente para la sociedad; para que dicho "bienestar" cubra tanto a lo individual como a lo social se ha de partir de la idea de que el egoísmo personal se invierte en aumentar la riqueza y no en gastos suntuarios. Abunda en esto el "objetivismo" de Ayn Rand (1905-1982), quién expresa que el libre hacer, el individualismo y su egoísmo racional, cuando toman posesión de las ideas, es la consecuencia inmediata el fin del altruismo y de la religión, emergiendo la "virtud egoísta" basada en el autosustento; aquí la persona está obligado a elegir para sí mismo y con independencia de “otro”, pero si dicha persona añade, a partir de su ganancia, la inversión en ideas, invenciones o procesos de producción, la Persona adquiere la cualidad de benefactor de la humanidad, en la medida que su "egoísmo" muta en bienestar para "otro".

     Así, los tenidos por el Mercado de Valores como inversores, y a los que Cómodo Centón llama manipuladores de papelitos, son los que depositan sus caudales sobrantes en ideas, invenciones o procesos de producción, con el solo objetivo de ganancias personales o egoísmo personal, al tiempo que permiten, con su acto, que una idea e invención se conviertan en una utilidad para los demás.

II: CONCEPTO RESULTANTE

     Ya se ha dicho por Cómodo Centón (ver documento 05857 de 12.06.2020 de este índice), hay prisa por descubrir al virus y acabar con él, lo que resulta muy loable a tenor de las muertes y pacientes que está generando. Básicamente se trata de una "partida" donde los jugadores son las compañías y los investigadores al servicio de dichas compañías, de manera que para las compañías será el aumento de peculio o egoísmo, y para los investigadores será el premio Nobel.

     Alcanzado el producto o VACUNA, hay que contratar su venta.

     El CONTRATO ES PODER, y se convierte en la esencia misma de la inversión y de la investigación, de forma que se introducen en el mismo cláusulas de confidencial en cuanto a precio y tiempo de entrega del producto/vacuna. 

     A mayor precio, menos tiempo de espera.

     Es decir, gana el COMPRADOR que mejor paga y más producto contrata.


III: LA LUCHA POR LA VACUNA

     La LUCHA por disponer de la Vacuna contra evico-19 se sostiene en los antedichos conceptos, mejor pago y más compra, y estos se sustentan en el egoísmo personal.

     En la Evolución de Las Ideas nos dice Cómodo Centón que PODER es tener, y quién tiene, puede, siendo así como poseer es poder de capacidad “para”, y no importa “qué”, y en ese “ser” de potestad se encuentra la posibilidad de “tener” aforo para “hacer”. Dicho “hacer” requiere de un instrumento, que es fuerza para hacer, y tal instrumento ha de ser histório al tiempo que natural, a la vez que inmutable y no dependiente, ya que si el poder muta es porque depende “de” y, por tanto, no es poder. El PODER siempre “ha pensado” como realidad presente, es decir, pensar inmediato o parte que se “ve”, pero ese pensar recorre un espacio y precisa de un tiempo o parte “oculta”.

      Tal es lo que acontece en "la lucha por la vacuna"; ciertamente, todas las personas terminaremos vacunadas, de ahí que lo importante sea ejecutar "un orden". Es evidente que primero los pobres y después los ricos, no vale, ni menos vale en una sociedad que continúa inmersa en el capital del egoísmo o primero yo, después yo, y más tarde, ya veremos o los demás, de manera que el egoísmo del que puede termina extendiéndose al egoísmo del que no puede.

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