domingo, 31 de enero de 2021

06327-144.VERSOS DE FUEGO: Lo que por la calle no pasa

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06311 (29.01.2021 - ¡Quién pudiera!, si yo pudiera, ¡más, nadie puede!, ni yo puedo

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06453 (20.04.2021 - En la sala de la impaciencia)


Bajo la luna estrellada
las nubes, apenas, pasan,
pasan blancas, tras aquella,
la otra, la muy retrasada,
pasan llevadas entre brisas 
alternativas, conversando 
palabras silenciosas, ante 
las palabras de las calladas. 

La luna es un plato sucio, 
entre blanco y dorado, 
y despierto, que mira,
sin ojos, por el universo,
viendo tan solo silencios
apagados, cuando pasa
una nube por la tenue 
brisa llevada, a volandas.

La nube pasa pausada, 
por el aire que habla
pasa. Se cubre de tela 
de algodones, dibujando
caras en el fondo negro
que es la noche. Calla.
La nube no ama, no sabe
lo qué es estar enamorada,
que está sujeta a la Tierra,
condenada, excomulgada.

El viento, alargado, pasa,
a trompicones pasa, y es
el único que, en esta noche
callada, declama por sus 
cuatro vientos, por el quinto,
por el sexto, al pairo de esas
notas por las que la música
susurra; y hay palmas, voces
que huyen de alguna casa.

Mientras, por la calle nadie
pasa, que la calle está presa,
encerrada consigo misma, 
esperando a la alborada,
preludio de abrirse las puertas,
albores de la madrugada,
bajo la luna estrellada, 
al oído de los siete vientos,
que, del aire, como no estando,
charlan. ¡Qué bien se está
sobre el pretil del balcón, apoyada!

La luz de la estrellada, casualmente, 
habla, interrumpe al aire y al viento,
desembragando a los algodones 
blancos que pasan, entre tanto
las nubes se unen y se separan,
formando un ballet con las notas
de la música que diserta, corren 
los ocho vientos, el aire calla.

Es una noche de cálido invierno,
sobre la que todos pasan, el aire
y el viento, el anochecer viene
con la boca tapada, acallado,
veteado y tiznado, a las tinieblas
constreñidas, encadenado, a la tela
remachado, en un baile decoroso
del que nadie habla, sentidos
y pensamiento por ver si la luna
pasa con su luz, del sol, prestada.

Todo esto es lo que la mujer,
en el pretil de su balcón apoyada,
ve que pasa y lo que no pasa, 
apenas sonriendo, triste de no ver
y ver lo que por la calle no pasa. 

1 comentario:

  1. Desde el balcón, entristece mucho ver la calle completamente vacía.Solo hace año y algo,no era así.Precioso poema

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