martes, 26 de enero de 2021

06298-127.IMPOSIBLES: La nueva decisión de Lo/Eterno y la respuesta de Cómodo

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06284 (20.012021 - La venida de Cristo
                                 (abril de 1995)

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06336 (03.02.2021 - La humanidad no está)


     No deseando morir las personas, morían; ciertamente personas había que deseaban morir, pero que no lograban morir. Las había que no les importaba vivir o morir. Más, en todo caso, todas las personas terminaban muriendo ya que todas habían nacido, de forma que en el intervalo entre nacer y morir era la vida la que terminaba por conducirse a la muerte.

     Aquellos que negaban a Lo/Eterno no eran, para Lo/Eterno, significativos, pues estaban destinados a ser condenados a morir tras vivir y a no vivir tras morir; ellos solos se lo habían buscado. Aquellos que deseaban morir porque en Lo/Eterno fe tenían, Lo/Eterno podía otorgarles el pronto morir, mientras que a otros Lo/Eterno disfrutaba haciéndolos vivir, demorando, de tal modo, su acceso a la vida junto a Lo/Eterno; otros eran condenados a dejar el cuerpo y a retomarlo de nuevo en un sinfín de vidas sobre un camino de eterno retorno a vivir-morir-vivir y volver a morir para después vivir, de forma que ese ser y no ser entre la vida y la muerte era el castigo que Lo/Eterno les infligía.

     Lo que no soportaba Lo/Eterno era a aquellos que creyendo en Lo/Eterno se negaban a morir y retrasaban, de tal modo, la llegada a Lo/Eterno, como si creyendo en Lo/Eterno de Lo/Eterno desconfiasen y tomasen a la vida como hecho más importante que el hecho de morir para acudir ante Lo/Eterno, ya que éstos, aunque creyendo, entendía Lo/Eterno, negaban la existencia de Lo/Eterno al negarse a morir.

     Durante mucho tiempo consintió Lo/Eterno tal división de pensamiento entre las personas, más... se lo pensó, y en ese nuevo pensar decidió unificar tan diversos criterios.

     A aquellos que no creían en Lo/Eterno, los condenó Lo/Eterno, a creer, de modo que vivirían eternamente hasta que creyesen en Lo/Eterno, a vivir una vida de sufrimientos sin fin alguno, a padecer todas las desgracias de la Tierra y de la Historia.

    A aquellos que creían en Lo/Eterno y deseaban morir, los condenó a morir con la máxima prontitud, para que pudiesen disfrutar eternamente de Lo/Eterno.

    A aquellos que creían más no querían morir, los condenó a vivir eternamente, a no morir, a no poder alcanzar a Lo/Eterno, de forma que sufrieran la eterna ausencia de Lo/Eterno.

    Cuando la decisión de Lo/Eterno llegó, vía internet, a la Tierra, cundió entre las personas el pánico de tomar una decisión; sí creían y no querían morir, vivirían eternamente sin ver a Lo/Eterno, sí creían y querían morir, no vivirían pero verían a Lo/Eterno, y sí no creían tendrían que creer para dejar de vivir.

    Si la vida en la Tierra ya era casi insoportable, lo insoportable de vivir en la Tierra aumentó, pues el número de los que creían y no querían morir aumentaba de forma super/geométrica, ya que se reducía el espacio entre dos personas, de modo que pronto se advirtió no quedaría espacio alguno para caminar. Antes de llegar a este punto, se organizaron diversas guerras nucleares, de forma que la Tierra se quebrantó, lo que llevó al hambre y a la sed; después se desplegaron virus, pero estos no eran de fiar ya que mataban tanto a los que propagaban los virus como a los destinatarios de estos. Entre las guerras y los virus, hubo revoluciones, las cuales condujeron a dictaduras, lo que no evitó que los dictadores de hoy fuesen las víctimas de mañana. 

     Entretanto acontecía lo descrito en el párrafo anterior, Lo/Eterno se divertía. Sin embargo, para no quedarse sin diversión, decidió Lo/Eterno enviar, de vez en cuando, lluvia y alimento, de modo que aparecían las nubes y florecía el mundo vegetal. 

    Así que pasó el tiempo.

    Y pasó el tiempo hasta que quedó una sola persona en la Tierra.

    Un día Lo/Eterno le habló:

- Cómodo

- ¿Qué quieres?

- ¿Crees en mí?

- No -respondió Cómodo-

     Y Lo/Eterno entró en depresión, y al enfermar Lo/Eterno murió.

     Así fue como la vida y su existencia, y la Tierra misma, se libró de su fundamental invento llamado Lo/Eterno, origen de todo mal.

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