06269-234.ALICANTE: 02.El Pantano de Alicante (setiembre de 1994)

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3. LA IDEA DE UN PANTANO

La idea de un lugar donde retener agua que no fuera de inmediato uso surgió de los pensamientos de Pedro Cano Izquierdo ó Pere Esquerdo ó Pere Izquierdo, según autores, maestro molinero de Muchamiel, quién hacía 1579 presentaba la idea y el proyecto al Concejo de Alicante, con el asesoramiento de Miguel Alcaraz, maestro cantero de Muchamiel. Consistía el proyecto en levantar un muro en el estrecho  que separa los cerros de La Cresta y Mos del Bou, formándose de tal modo un estanque que pudiera contener toda aquella agua que, con el debido orden, mejor pudiera servir a los intereses de los campos. Consistía en un paredón de mampostería recubierta de sillares que cortaban la garganta formada por los dos cerros, cuya plataforma tuviese una anchura de 125 palmos. Recta la pared en su lado norte, el que da a Tibi, y semicircular y en talud en la parte que mira a Alicante. En su interior, fijaba el autor de la idea, una bóveda que permitía la circulación del agua hasta la terminación de la obra. Se preveía en el centro de la plataforma una entrada para la toma de agua y su posterior distribución, así como un desaguero para el caso de que se colmase el vaso del embalse. 

Acordó el municipio de Alicante comprometerse con el proyecto, fijo reunión de interesados en la materia y elevar petición de licencia al rey. Felipe II destacó al punto señalado a Juanelo Turriano, quién evacuó informe conforme a la ejecución del proyecto. Autorizó el rey la obra, y Alicante puso la primera piedra el día 17 de agosto de 1580, con los dineros tomados a censo y cuya cantidad ascendió a 4.000 ducados, tras comprar los correspondientes terrenos al Señor de Castalla. Al levantar la pared 25 palmos, la obra se detuvo. Los dineros no se veían y el interés del primer impulso era sólo un recuerdo. Tan colosal obra pareció exceder la capacidad de Alicante. Por el lugar pasaron diferentes expertos e ingenieros, tales como Pedro de Salorga, Jaime Terol, Pedro de La Llama, Juan Inglés, Juan Bautista Antonelli, de nuevo Juanelo Turriano, Alejandro Sucareto, Mariano Azaro, etc., todos los cuales levantaron informes y proyectos, distintos y dispares, cobraron sus emolumentos y desplazamientos, y, en consecuencia, contribuyeron al pronto gasto de los cuatro mil ducados. En noviembre de 1581 la obra se paralizaba.

El autor de la idea de la empresa vio perderse el proyecto. Persiguió al rey Felipe por los reinos de España, reclamando la autoría oficial del empeño, el pago de una renta por la idea y el nombramiento de alcalde del pantano. Finalmente, al cabo de los años, le nombrarían bastimentero, empleo que abandonaría.

4. DE NUEVO LA IDEA DEL PANTANO

Fue en 1589 cuando Pedro Franqueza, señor de Villafranqueza, agitó en el tranquilo mar del olvido la vieja idea del pantano. Se presentó la corporación municipal, delegando en Damián Miralles, al rey, suplicando recursos que pudiesen concluir la obra nueve años antes iniciada.

Autorizó el rey las obras, de cuyos beneficios Alicante sería la afortunada, que tomara la corporación nuevos censos pues del estanque aquel Alicante se beneficiaría, que el Real Patrimonio, por el aumento que tenía, descontaría una cantidad que se considerase justa y que se acordó por el rey en 25.000 ducados, y que fueran nombradas gentes que regentasen la ejecución y finalización de las obras. Se convocó, de nuevo, a técnicos e ingenieros; Juan de Herrera y Juan Bautista Antonelli levantaron nuevos informes donde se aconsejaban diferentes modificaciones. 

Finalmente fue Cristóbal Antonelli quién trazó los planos definitivos. Se reanudaron las obras a cargo de los maestros Juan Torres, Gaspar Visent y Gaspar Córdoba, quienes elevaron la pared a 196 palmos a mediados del año 1594, con un importe total de algo más de 58.000 libras valencianas, quedando definitivamente concluido el pantano el nueve de noviembre de 1594