sábado, 12 de febrero de 2011

00467-07.HISTORIA DE ESPAÑA: 01.La lengua española

Documento anterior 00364 y 00247
Documento posterior 00492 - 01019

ESPAÑA es un compendio de lenguas que luchan, entre sí, por ordenarse como las superior. Cada una de las lenguas pretende ser la "única", la "histórica", la "sufrida". Y esto es así porque toda lengua y todas las lenguas forman parte de ese cuarteto que conforma LOS CUATRO JINETES DEL APOCALIPSIS, entendiendo por "apocalipsis" destrucción de la condición humana, aunque la palabra APOCALIPSIS, en sentido estricto, significa REVELACIÓN.

La situación es la que sigue, y las lenguas habladas en España son el gallego, el vasco, el aranés, el catalán, el mallorquín, el valenciano y el castellano, así como otras formas de pronunciar, propias de ciertas localizaciones. Y del mismo modo que todas las regiones, por ser españolas, son regiones españolas, todas las lenguas, por corresponder a regiones españoles, son lenguas españolas.

Dejando aparte a quienes digan que lo descrito en el párrafo anterior no es verdad y se declama como mentira, lo cierto es que todos los nacidos en España son españoles, y al nombre de español responden.

Y dejando a parte a quienes habiendo nacido en España no se sienten españoles a tenor de sus sentidos, lo son a tenor de sus razones, de igual modo que le acontece a un valenciano nacido en España, que por su razón es un español, y es un valenciano por sus sentidos. Pues es del todo cierto que cuando un valenciano visita Extremadura habla en español, y que cuando un extremeño visita Valencia habla en español, de la misma manera que un catalán y un vasco, entre ellos, hablan en español. De lo que hemos de determinar que el español es la norma superior, mientras que el resto de las lenguas son normas inferiores.

El problema de las "lenguas inferiores" es, en primer lugar, que su inferioridad contiene su inferioridad histórica, que recibe cierta nobleza reivindicativa en los territorios localistas donde tienen su asiento, pero que se deprimen hasta desaparecer, por ejemplo, en Santiago de Cuba. Por otro lado, las "lenguas inferiores", y debido a su carácter localista, son excluyentes en sus territorios, por el concepto de "inferioridad" que contienen y por el concepto "vengativo" que atesoran, de modo que un gallego puede trabajar en la televisión murciana, mientras que un murciano no puede trabajar en la televisión gallega. Y si, podríamos decir que el murciano podría aprender gallego, pero prefiere el murciano aprender inglés, pues el INGLES es una lengua ya no superior sino internacional, de ahí que cuando un sueco y un belga hablan, lo hacen en inglés. El asunto radica en la incomprensión de todo cuanto ha sido dicho en los párrafos anteriores por parte de los NACIONALISTAS, que como ya se dijo en el documento 00247 de este índice, son "cuervos".

Ahora bien, para desesperación de los defensores de las lenguas localistas, desde el castellano al gallego y pasando por todas las antedichas, el ESPAÑOL no puede identificarse con ninguna de ellas, ni tan siquiera con el castellano, ya que el español se caracteriza por ser la lengua que se ha formado a base de incluir en su estructura rasgos lingüísticos de todas las lenguas, desde el vasco al mallorquín y pasando por todas las ya reiteradamente antes dichas. Es decir, lo astur-leones, lo navarro-aragones, lo gallego-portugués, lo valenciano-catalán-mallorquín, han venido a confluir, TODOS, en el español, de modo que el español tiene rasgos de todos, y a todos los unifica en un todo, y aún más, tiene rasgos de la forma de hablar de las INDIAS OCCIDENTALES (para los ilustrados américa-latina).

Cómodo Centón recomienda que para dar la vuelta la mundo basta el inglés y el español, y por este orden de prevalencia.

Pero la recomendación de Cómodo Centón tropieza con los sentidos de los nacionalistas, y con la Sinrazón de los nacionalistas.

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