jueves, 24 de febrero de 2011

00479-18.CINE: 01.Cisne Negro

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Película del año 2010, Usa, de 1,45 horas, dirigida por DARREN ARONOFSKY, el guión de John McLaughlin y Mark Heyman, música de Clint Mansell, fotografía de Matthew Libatique, siendo los actores Natali Portman, Vincent Cassell y Mila Kunis entre otros.

El GUIÓN cuenta la típica historia de una autodestrucción de un personaje enfermo, en este caso una bailarina, con todos los elementos, al caso, propios de un ballet, El Lago de los Cisnes, elegido para fijar el carácter enfermizo de una mujer, que lejos de aspirar al triunfo prefiere la muerte donde ocultar sus manías persecutorias contra sí misma. Los elementos básicos, no se sabe cual de ellos más tipical-Usa, son la agresión, el sexo personal, la incapacidad social, las drogas, el maestro duro, la amiga que todo lo confunde y, sobre todo, la tirana madre que, sin ser la mala de la película recibe, por necesidad del guión, dicha consideración. Los diálogos, las frases, los silencios son de una vulgaridad pasmosa, la NARRATIVA recuerda a Edgar A. Poe, un escritor que para escribir se ponía de alcohol hasta el tuétano, como lo hace el Cisne Negro de su propia sangre, resulta previsible apenas ha transcurrido un veinte por ciento de la cinta, ya que constantemente se nos viene diciendo que, al final, el Cisne muere; en cierto sentido, es un suicidio reiteradamente anunciado.

La película es gris, el color solo aparece entre los dibujos de la madre de la bailarina, la LUZ entra potente entre los constantes negros que alumbran la pantalla, resultando una FOTOGRAFÍA plana, sometida a una interminable sucesión de Primeros PLANOS del rostro de los personajes, primeros planos de los pies danzando, primeros planos de la cabeza de la bailarina, donde el SUBJETIVISMO es la línea maestra de la DIRECCIÓN, la cual se deja llevar por una morbosa presentación de actores e historia, salvada por un MONTAJE creíble y somero.

La interpretación del maestro de baile, de la madre y de la amiga resultan suficientes para el desarrollo de los personajes, y cabe destacar, sin ser excepcional, a NATALI PORTMAN, que configura, con sus ojos y silencios, una paranoia interna bien manifestada por la totalidad de su cuerpo.

Nos encontramos ante una película altamente efectista, que logra succionar el raciocinio del espectador, arrancando de éste, a poco que se despiste, todo sentido critico del visionado. Hay que tener cuidado, la constante deformación de la realidad y las alucinaciones que contiene vienen a subjetivar las percepciones de los sucesos en una secuencias rápidas y agitadas, con unas analogías y contrastes entre los escenarios de los ensayos y la vida contenida en el domicilio familiar.

Cabe recomendar la película, siempre con la condición de que se olvide.

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