miércoles, 16 de febrero de 2011

00472-50.HISTORIA DEL MUNDO: 05.TeorÍa Posicional: 01.Bélgica y la Comision Gestora

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BÉLGICA es un país que tiene una superficie de unos treinta mil kilómetros cuadrados, diez millones y medio de pobladores, una renta de 32.000 dólares, sin ningún partido nacional y sostenido por partidos nacionalistas de corte "localista". Bruselas es el limbo de Bélgica; bilingüe. El país se estructura en dos grandes zonas. La zona norte es Flandes, de corte flamenco y habla neerlandés, con el 60% de la población. La zona sur es Valonia, de corte valón y habla francesa. En cuanto al oriente hay una pequeña franción de sentido alemán. Los partidos políticos, además de nacionalistas, son liberales, democristianos y socialdemocratas. Es una monarquía federal constitucional, con dos cámaras.

BÉLGICA está gobernada desde hace 250 días por una COMISIÓN GESTORA; ciertamente podríamos decir que Bélgica es la muestra viviente de lo innecesario que es un "gobierno" y, por lo mismo, los partidos políticos y las centrales sindicales.

La prueba de lo antedicho es que en el último año, y sin gobierno, ha crecido un 2% su riqueza, que durante este tiempo, que sepamos, no ha habido ninguna revolución ni conato alguno de revuelta popular, ni nadie ha sentido la salvadora necesidad de salvar al resto de los belgas, exceptuando la colorista "revolución de la patata".

Nos encontramos ante un país que fue "los países bajos del sur", reiteradamente sometido, que se separó de Holanda, y que hoy en día es significativa en la medida que viene a ser como la capital de la Unión Europea. Dentro de la TEORÍA POSICIONAL se encuentra dentro de un "volumen orbital" entre el segundo y tercer nivel con relación al núcleo-Usa, causado por un "ángulo" inexistente en cuanto al régimen gubernamental pero sujeto por fuertes lazos históricos y de representación política. Su "dirección", si bien estable, se caracteriza por la relación de fuerzas entre un norte y un sur oscilantes entre las metrópolis alemana y francesa. Su fuerza, como nación, es imperceptible dentro del ámbito general de la política, y en caso de una división en dos naciones, flamenca y valona, situaría a las mismas dentro de una deriva y toma de decisiones prácticamente nulas, lo que se refleja en la doble "intención" de permaneciendo unidas, vivir por separado.

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