sábado, 25 de febrero de 2017

03449-05.LA EVOLUCIÓN DE LAS IDEAS: 05.Primeras Explicaciones

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       Emanar, encarnarse y brotar son tres pensamientos que surgen de la misma idea: el venero. Ahora, sin embargo, dice Cómodo Centón que nos encontramos ante lo que hemos de conocer como la Persona por La Persona. Tras la separación del Cielo y la Tierra, nació un Ser y derivó una isla sobre las aguas de la Tierra; ésta es la idea. El “origen”, planteado como se dice en el párrafo anterior, denota una complejidad no expresada en el Venero que hasta ahora hemos venido a conocer. La Idea de la Persona, en su propia evolución, deriva la simplicidad en un cosmos único, desde una perspectiva de “separación” que nace en una dualidad, cielo-tierra, hasta una complejidad vinculada a una isla sobre las aguas. Lo primero es que no sabemos qué es lo primero dentro de tres elementos, cielo, tierra y agua, que confluyen en un “ser” creador de una “isla”. Pero y entre tanto lo anterior y en el ancho río celestial, “seres superiores” formaban un consejo que no tenía a quien gobernar; denota esto una sociedad de iguales donde la aventura de vivir está sustentada en la negación del “mandar”. Sabemos que se establece una distancia entre cielo y tierra, de modo que de tal abertura sale un “ser” que organiza en el cielo un consejo y en la tierra una isla, de modo que seres superiores ocupan el cielo, quedando la isla para los hombres. Y el objetivo es “mandar”. Siendo así, la afirmación de que todos los seres y extensos, rocas, plantas y animales, están destinados y tiene por objetivo el mandar. Siempre se manda sobre “algo”, no importa que sea ese “algo”, pero se existe porque se manda. La roca que corona un monte manda sobre aquella que yace en el interior de ese monte, esa que contempla la oscuridad junto a otras rocas, la misma que ignora que la foto más importante del monte es aquella que, junto al Hombre en la cumbre, sostiene al Hombre y sale en la foto. Ciertamente, la única roca que importa de cuantas componen el monte es la que culmina; las demás son meras rocas que viven para evidenciar la grandeza de la que es cúspide. Conforme a esto, siempre hay quién nos manda y siempre a quién podemos mandar. De ahí que uno de entre los miembros del consejo, se desdoblase entre “aquel” que concede abundantemente y “aquella” que excita en gran manera, lo que dio por resultado una larga sucesión de desgracias propiciadas por el “doble pensamiento” de lo masculino y lo femenino, “resolviéndose” cuando el elemento masculino decidió trocearse y dar lugar a todos los elementos básicos de la vida. La novedad de la idea consiste en que ya no se toma carne femenina ni es necesario lo femenino como elemento generador; la VIDA ahora viene del Hombre, pero la aniquilación que puede producir es, además, sobre el hombre. De tal manera LO NACIONAL se asienta como pensamiento. Nos encontramos en el Sistema de la Isla, un nacionalismo radicalmente excluyente, de modo que lo que mora en la “isla” “es”, mientras que aquello que ocupa el resto de la Tierra está en fase de “llegar a ser”. La consecuencia es clara; lo “dual” es un error. La “isla” contiene un río que lo es perfecto y en su transcurrir es delicioso. Allí se sitúa el Ocioso como “ser superior”, comprendiendo que su vinculación con el mundo no es, ni ha de serlo, trabajo. Pero el “trabajo” no ha de ser entendido como una “acción en sí misma” sino como una “acción fuera de sí” que no existiendo en el Ocioso, no compromete la existencia del mismo. De este modo podemos comprender como el atributo del Ocioso es el “gobierno”; hace falta que alguien realice el “trabajo” del Ocioso para que éste realice aquella función que “para sí mismo” ha determinado como suficiente y necesaria. Hay que hallar a quién gobernar. Y el proceso se inicia “desdoblándose”, haciéndose entre una parte “que da” y otra “que excita la capacidad de dar”. Ahora bien, cuando determinamos el concepto de “dos partes”, en realidad referimos “dos partes” formada cada una de ellas “por dos partes”. La primera de las “dos partes” la forma el Ocioso y el No Ocioso, lo que ya ha sido explicado en líneas anteriores. La novedad de la Idea de La Persona reside en la segunda de las “dos partes”, porque es aquí donde cada una de las partes de las “dos partes” primera, se desdobla en “dos partes” que la propia narración, la última dicha, nos remite a “masculino” y “femenino”. Corresponde a lo “masculino” la parte que “da”, siendo la excitación lo que corresponde a lo “femenino”. Dicho de otro modo, cuando el “ser” se “desdobla” comete el error de la Dualidad en la medida que no es capaz de soportar la carga del “doble pensamiento”, femenino y masculino, porque en la mezcolanza de ambos pensamientos yace la desgracia de “ser uno”. Es un imposible. El “Ser” que se quiere “dar” no se sabe “excitar a sí mismo” para lograr ese “dar”. Una parte del “Ser” se rechaza “a sí mismo”, quiere, y necesita, para “ser”, eliminar. Y solo haya una manera de realizarlo: trocearse en los elementos básicos de la vida. Pero, esos “elementos” han de ser depositados, y no existiendo lugar alguno, ha de ser creado, siéndolo en un lugar único, con un carácter superior, separado de los otros lugares que conforman la Tierra. Así es como nace la “isla”, como una entidad en medio del Venero, centro y eje, verdad. Lo que ha acontecido es la unicidad de lo único en la “isla”, como estructura “pura” y la multiplicidad de la variabilidad más allá de la “isla” como una estructura cargada de “impurezas”. Los hombres ya no son iguales, porque la Idea del Hombre reconoce la superioridad del Hombre sobre “el algo y la cosa” (Notas para un Imposible Manifiesto Anarquista) y determina el carácter nacionalista de la “isla” frente a la barbarie de lo que hay fuera de la “isla”. El fundamento lo encontramos en la acción misma del Ser que abandona el consejo de los seres superiores, con el objetivo de crear un ámbito propio. De esta manera los hombres son iguales si siguen al Ser que ha creado la “isla”, mientras que el resto de los hombres están condenados, en vida, al fracaso. El SER protege a los suyos, en su muerte les da casa, y en esa casa vive el futuro. Ahora ya es posible “matar”. 

1 comentario:

  1. Ahh pues parece que va a ser un libro muy ligerito y fácil de leer jajajja

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