lunes, 7 de octubre de 2019

05411-100.CINE: Mientras dure la guerra

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     MIENTRAS DURE LA GUERRA es una película española del año 2019, de 107 minutos de duración, drama, dirigida por Alejandro Amenábar, guión de Alejandro Hernández y Alejandro Amenábar, música de Alejandro Amenábar, fotografía de Alex Catalán, montaje de Carolina Martínez Urbina, interpretada por:
Karra Elejalde: Miguel de Unamuno
Patricia López Arnáiz: María de Unamuno Lizárraga
Inma Cuevas: Felisa de Unamuno
Luis Zahera: Atilano Coco
Carlos Serrano-Clark: Salvador Vila Hernández
Eduard Fernández: José Millán-Astray
Santi Prego: Francisco Franco
Luis Bermejo: Nicolás Franco
Mireia Rey: Carmen Polo
Tito Valverde: Miguel Cabanellas
Nathalie Poza: Ana Carrasco, esposa del alcalde Casto Prieto Carrasco


       MIENTRAS DURE LA GUERRA es el plazo por el que la Junta de Burgos, presidida por el general Cabanellas, acuerda otorgar al General Franco el mando de la Guerra de 1936-39 como "señor jefe del Estado Español", aunando en Franco la dirección absoluta militar y política. De esta manera, los republicanos que se levantaron contra la Segunda República Española para reformarla, la mataron, y crearon una dictadura de cuarenta años, mientras que los monárquicos que buscaban la vuelta del rey Alfonso XIII contribuyeron a la formalización de esa dictadura, ante la dejación de funciones de Cabanellas y la indiferencia de Mola

      Lo que cuenta MIENTRAS DURE LA GUERRA son dos historias generales y un enfrentamiento personal.

     La primera historia general es la nula actividad de Franco para alcanzar la Jefatura del Estado, ya que dicha actividad quedó en manos de monárquicos como Kindelán y Orgaz, apoyados por Yagüe y Millán Astray. El DECRETO de Kindelán, rectificado por José Yanguas, nombraba a Franco como generalísimo de los ejércitos, y que dicho rango de generalísimo fuese asociado al de Jefe del Estado. En paralelo se especifican los acontecimientos ocurridos en Cáceres, en el Palacio de los Golfines de Arriba, al pairo de la toma del Alcázar de Toledo, donde Franco, de forma definitiva, se convierte en la única posibilidad de conducir la guerra.

    La segunda historia general relata la vida familiar de Miguel de Unamuno y la relación con dos amigos que posteriormente serán ajusticiados por las tropas de Franco. Destaca en esto el intento de dejar claro lo voluble del pensamiento de Unamuno junto a idea de una España única y fuerte dentro de una república productiva y no dentro de una Segunda República destructiva; y es esto, en que los que se levantan son republicanos, en lo que haya Unamuno su adhesión al levantamiento.

    El enfrentamiento personal entre Unamuno y Millán Astray es la tercera parte de la película, que alcanza su culmen con la declaración de Unamuno en la universidad de Salamanca y la réplica de Millán Astray.

    En conjunto el guión coincide con la historia.

    AMENABAR es, una vez más, el dueño absoluto de la película, la dirige, la escribe y la musicaliza. La MÚSICA, en sentido estricto, no aporta nada a la cinta, de hecho surte como leve apoyo a la sucesión de secuencias sin que se haga visible; destaca el RUIDO de fusilería que indica la realidad de fusilamientos con rostros humanos que miran al infinito. El GUIÓN es más cinematográfico que literario, en ocasiones algo confuso, especialmente en la primera historia general, mejorando en las otras partes ya citadas. Cabe destacar aquí la panorámica de Unamuno discutiendo con Salvador Vila en el campo, donde busca reflejar la estampa de las dos españas discutiendo, y en el ámbito más cinematográfico las varias secuencias fuera del palacio de Los Golfines de Arriba. La DIRECCIÓN nos muestra a un maestro del cine. El MONTAJE, del que no dudamos contiene la intervención de Amenabar, es bueno; intercala la historia general con las diferentes historias descritas, y añade, mediante diversos travelins, escenas muy especificas sin comentarios como son los cuerpos asesinos en las cunetas, sin que en ningún momento se rompa la buena continuidad de la cinta, lo que se muestra en la secuencia inicial de la cinta con un plano general de la Plaza Mayor de Salamanca con parterres, que se une con un plano de dos republicanos armados cruzando un parterre, para terminar con un plano de soldados disparando. 

    La FOTOGRAFÍA es de buena a muy buena, repetitiva y bien fijada, la ILUMINACIÓN se basa en luces laterales sobre una parte del rostro, lo que deja en negro la otra parte, la luz afianza los claro/oscuros con haces moderados y efectos de fondo, destacando a los protagonistas por su brillo y modelando matices en las masas, de forma que la coloración negra del fondo destaca el coloreado de los personajes. El COLOR es cálido, mezcla de rojos y amarillos en los momentos de esplendor, estableciendo grises y azules en los instantes de dolor, de manera que la barbarie se muestra con el frió del azul o la indiferencia por el dolor ajeno, momento de la detención de Salvador Vila, todo dentro de un fondo negro como sujeto principal de gran parte de la película. En cuanto a la DIRECCIÓN ARTÍSTICA es exquisita, plena de utensilios y pequeños detalles, todo bien construido.

   La CADENCIA RÍTMICA presenta ritmos, en general, lentos, con secuencias épicas y sentimentales que generan tristeza, y cierta repugnancia, en el espectador. La CÁMARA realiza un leve travelin de acompañamiento a izquierda, derecha, izquierda siguiendo a los soldados en la plaza, varias panorámicas, planos generales, grandes primeros planos, planos medios, planos de tres cuartos,  y oblicuas de arriba, todos los cuales recogen cuadros descriptivos.

     Los ACTORES realizan un trabajo casi impecable; Eduard Fernández (José Millán-Astray), Santi Prego (Francisco Franco), Tito Valverde (Miguel Cabanellas), y especialmente destaca la interpretación de Karra Elejalde (Miguel de Unamuno), pero sin menoscabo del resto. La caracterización de los mismos resulta un trabajo excelente.

    La PELÍCULA hay que verla porque explica la causa y el efecto del momento, porque es una manifestación explicita de los motivos que lleva a un grupo de republicanos y monárquicos a levantarse contra la Segunda República con el buen ánimo de enderezarla unos y de reinstaurar la monarquía otros, pero el acontecimiento histórico deviene en la Dictadura de Franco. La encrucijada que se plantea es clara; nos hemos levantado contra la república, estamos condenados si no vencemos, solo Franco puede salvarnos, pero Franco alarga la guerra e ignora "mientras dure la guerra". 

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