05445-156.POLÍTICA: 02.Kant

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      El CONOCIMIENTO Humano tiene un origen único que es “desconocido” y se sustenta en la “experiencia”, de modo que ese conocimiento basado en la experiencia es “a priori” ya que la experiencia nos dice qué es lo que existe pero no nos dice que necesariamente tenga que ser así. Ahora bien, desde ese “origen desconocido” podemos contemplar la existencia de dos troncos principales; el “entendimiento” por el que pensamos los objetos, y la “sensibilidad” por la que se nos dan los objetos. Lo que podemos saber del mundo, tal como es, es muy limitado. Se procede a un conocimiento que quiere ser crítico, donde la COSA PARA MI se puede conocer como saber trascendental o nueva metafísica, estableciéndose como la COSA EN SI no se puede conocer como saber de la trascendencia o antigua metafísica.

      La idea de la Persona descubre el análisis del modo de conocer los objetos en relación con los objetos, mediante una anticipación a priori y una experiencia a posteriori, de tal modo el Conocimiento refleja Juicios a Priori donde se reconoce a los cuerpos por su extensión y Juicios Sintéticos donde se reconoce a los cuerpos por sus cualidades, dudándose de la posibilidad de Juicios Sintéticos a Priori o de Experiencia.

     Se produce un salto entre el conocer la Cosa en Si o saber de la transcendencia a un saber trascendental con predominio de lo SUBJETIVO, fijándose un conocimiento como teoría de los elementos de la experiencia tanto a priori como a posteriori, y en segundo lugar una Doctrina del Ser Pensable y otra del Ser Pensado en Absoluto. De este modo parte la Idea de la Persona de la Percepción, entendiendo como las cosas fluyen a la Persona como estímulos sensibles, mera materia que se ordena con el espacio-tiempo.

      Ahora bien: hay un espacio-tiempo infinito que contiene un espacio-tiempo finito, y aunque parecen distintos son lo mismo cualitativamente comprendidos. Cierto es que las cosas son objetivos ya que existen antes que la persona, pero al ser percibidos intuitivamente se presentan como subjetivos, lo que se presenta como una analítica cuyas formas o modos de enunciación se reflejan en una categorías que son los conceptos fundamentales del Espíritu. Se dice, pues, que todo Conocimiento es intuición del pensamiento y que brota de dos fuentes, respondiendo la primera a la facultad de percibir la representación o donde se da un objeto, y la facultad de conocer con el pensamiento un objeto o modo por el cual pensamos el objeto en conexión con la representación. El Conocimiento complementa Intuición y Concepto, lo que produce el tránsito de las Sensaciones a los Conceptos. Éste método implica un proceso donde la IDEA es un concepto a priori, formado por nociones que rebasan la experiencia, y la RAZÓN un pensar del conjunto de todas las condiciones de algo determinado. Según esto, todo conocimiento empieza en los “sentidos”, pasa por la “inteligencia” y acaba en la “razón”, donde la Idea de la Razón es Lo/Eterno ya que no existiendo ningún ser absolutamente necesario sí que existe un ser absolutamente necesario del que depende el Mundo, y aplicando la Razón a la Libertad y el Fenómeno a la Necesidad resulta que en el mundo todo sucede por necesidad, aunque no todo sucede necesariamente ya que consta aquello que procede de la libertad de la persona.

      La PERSONA se sitúa frente a una realidad objetiva que provoca en sus sentidos la percepción de una existencia desordenada, la cual debe ser ordenada mediante secuencias temporales como son antes, ahora y después, dentro de zonas espaciales como son lo alto, lo ancho y lo largo, tras lo cual se representa la posibilidad de captación de una percepción que refleja la realidad. Tales nociones abstractas y generales responden al concepto de CATEGORÍA o entidad reconocible y diferenciada, que puede ser clasificable, y que son llamadas causa y efecto.

      CAUSA es lo que produce un cambio, mientras que EFECTO es el cambio provocado por la causa, de modo que en la relación entre ambas categorías se sitúa la REALIDAD OBJETIVA, donde la Idea de la Persona habla ahora de FORMAS, “puras” que no reflejan la realidad objetiva y que carecen de contenido, “necesarias” o que producen la posibilidad de un conocimiento racional y científico, y “subjetivas” que son las propias de cada hombre, a priori, y reflejan el YO TRANSCENDENTAL.

      Ahora CATEGORIA es forma o modo de enunciación o predicación, y son los principios del entendimiento puro; significando por “puro” lo que es a priori y no contiene factores empíricos. Ahora bien, el entendimiento se inicia con los “axiomas de la intuición” como la unidad, la pluralidad y la totalidad, que junto con las “anticipaciones de la percepción”, esto es, la realidad, la negación y la limitación forman las categorías matemáticas, o sea, número y grado. Por otra parte, el proceso se completa mediante las “analogías de la experiencia”, así inherencia y subsistencia, causa y efecto, y comunidad, que forma categorías dinámicas en el tiempo que conocemos como  permanencia y existencia, y, a su vez, con los postulados del pensar empírico, tales como posibilidad, existencia y necesidad, llegándose al punto en el cual “intuición y conceptos” se complementan en el conocimiento, dándose un tránsito desde las sensaciones a los conceptos.

    El establecer las “categorías” como conocimiento implica una ANALÍTICA TRANSCENDENTAL inspirada por el “juicio” como conocimiento inmediato de un objeto, y representación de una representación del objeto. Se estructuran en base a la cantidad, la cualidad, la relación y la modalidad de los mismos. Tal diversidad ha de ser unida para lograr un conocimiento, es la “síntesis” como acto de reunir diferentes representaciones y de entender su variedad en un único conocimiento.

       Ahora bien, en los juicios de cierta clase, “juicio sintético”, vamos más allá de nuestro concepto del objeto; esto es así porque la experiencia es una síntesis de percepciones que aumentan el concepto por adición de nuevas percepciones. Queda la “hipótesis” como la deriva de la “opinión” ó paso de la imaginación de “algo” que es seguro y no inventado a “algo” que tiene un fundamento explicativo a lo efectivamente dado; ese “algo” es la posibilidad del objeto mismo.