00184-15.ALICANTE: 2.Las Hogueras

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02982 (19.06.2016 - 10.Las Hogueras: Año 2016)

Es cierto que cuando las Hogueras se prenden en Alicante, LA NOCHE YA NO ES de San Juan, que lo es de San Querino, de San Máximo, de San Sosipatro, de Santa Febronía, de San Adalberto, de Santa Orosia, de San Guillermo, de San Diógenes, de San Galicano, de Santa Eva y, naturalmente, de San Próspero. Cabría hacer un concurso entre los alicantinos para designar al santo de devoción que respondiese a la quema de las Hogueras, que sería lo más justo sin duda alguna. Que éste Héroe de Herpetol se haya decantado por Próspero es una cuestión de mera oportunidad, por aquello de la prosperidad que las Hogueras, se entiende, proporcianan a Alicante.

Si el nombre de las Hogueras es una curiosidad por la falsedad que, en su interior, consiente, no es menor la curiosidad de la INDUMENTARIA que, de forma definitiva, se ha impuesto en las Hogueras. Lo primero que destaca es que el traje no es nada especial ni lo es extraordinario, ni se enmarca dentro de una peculiariedad sino que inmerso en el siglo XVIII responde a una supuesta forma de vestir de la época que, de nuevo, resulta una falsedad en si mismo y en su propio contenido, ya que en el siglo XVIII ninguna mujer ni hombre se presentaban en el lavadero ni en la huerta con tales faldas y aderezos. Tenemos que comprender que el MODO DE VESTIR del siglo XVIII fijaba ciertas diferencias regionales, entre la ciudad y el campo, y entre las distintas clases sociales y profesionales, iniciándose con el siglo XIX una uniformidad en el vestir que hoy día, siglo XXI, podemos decir que es plenamente universal. Es esa última supuesta seña de identidad localista lo que permite definir, por la ropa, un encubierto nacionalismo expresado como el orgullo y la dignidad de pertenecer a un determinado lugar.

Sin embargo, lo anterior carece de interés en el siglo XXI, ya que la evolución de la ropa, diseño, materiales y adornos, se ha diversificado de tal manera que todo es posible y todo es visible dentro de las Hogueras de Alicante, exceptuando el Traje Oficial de Hogueras, que de modo propio absolutamente nadie lleva.