domingo, 20 de junio de 2010

00185-16.ALICANTE: 3.Las Hogueras

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02982 (19.06.2016 - 10.Las Hogueras: Año 2016)



Las Hogueras de Alicante se estructuran sobre dos ejes esenciales:
A. Plantá-Cremá
B. Mascletás-Fuegos

La PLANTÁ-CREMÁ significa, en sentido estricto, amanecer y ocaso de las Hogueras. De pronto ha concluido el trabajo de todo un año, y ese esfuerzo ha de manifestarse con la escenificación de la oscura tarea del taller, ahora sobre la calle, es la PLANTÁ; todos los componentes de la Hoguera se cargan, debidamente protegidos, en camiones, desde los talleres hasta las calles de Alicante. Los Maestros de Hogueras y sus Ayudantes han de realizar el último esfuerzo: deben de plantar el conjunto ceremonial de figuras y accesorios, respondiendo a una idea, con una intención, y han de hacerlo prevía ocupación de la calle. En su laborar les acompañan los Comisionados, quienes habiendo abonado el monumento aún no son los poseedores de aquel esfuerzo. Es preciso que el Maestro de Hogueras ensamble la Hoguera, compruebe que permanece en píe y de por concluido su trabajo con la entrega del preciado bien. La Hoguera ya es de los Comisionados y, por extensión, un poco de todos los que por allí pasan, la contemplan, la admiran y la critican. Allí, en la calle, permanerá hasta el día de San Próspero. La Belleza de la Hoguera prendera la mecha, la traca recorrerá el aire, y nacerá el fuego para consumirse en si mismo, dejándo un vacio que, aún siendo semejante al del año anterior, es nuevo y es profundo, todo envuelto en las notas músicales de los himnos de Alicante, las lágrimas y los bailes. Tras esto todo queda a disposición de la pala y del camión que recogen las cenizas y las largan de la calle, porque todo ha de quedar limpio antes de que despunte la mañana de San Próspero.

MASCLETÁS-FUEGOS significa ruido y luz; tronar de los sentidos. La combustión de la materia a manos del fuego. Las Hogueras de Alicante hacen que el agua se transforme en tierra, que en ese cruce de cambios sea el fuego, ahora en el inicio de su decadencia, transmitido por el aire, ahora en plena madurez, la señal que anuncia el nacer de la noche y el morir del día. Porque si la noche es parida con San Juan, abre los ojos la noche con San Próspero. Curiosamente el Hombre celebra el morir de la luz y el nacer de las tinieblas. Una MASCLETÁ es una canción al día; con cada petardo y su regero de humo habla la luz y se expresan todas las emociones sensoriales al través de la cadencia sonora que registra el aire, de modo que son los oídos los reyes de una mascletá, porque ante una mascletá se pueden cerrar los ojos. Y son precisamente los ojos los que deben de permanecer enteramente abiertos ante los FUEGOS, ya que en la noche la canción que escuchamos en realidad la vemos, porque en la noche son las tinieblas las que afloran, engañosas y vestidas de hermosos colores, sobre el fondo oscuro, formando dibujos y construyendo en nuestros sentidos la percepción definitiva de que todo ha llegado al final. Ciertamente, Mascletás y Fuegos se encuentran irremediablemente separadas por la quema de la Hoguera, de modo que es como si vivieran, la una de la otra, en una infinita posición de espaldas.

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