viernes, 25 de junio de 2010

00191-21.ALICANTE: 8.Las Hogueras

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02982 (19.06.2016 - 10.Las Hogueras: Año 2016)


Después de la quema de las Hogueras queda Alicante sumida en un silencio casi sepulcrar; esa falta de ruido, esa abstanción en el hablar, la pasividad de los movimientos, la ausencia de queja y protesta, ese olvido que provoca el sueño, que proporciona el descanso, la inacción del cuerpo..., el mutismo, hacen de Alicante una ciudad envuelta en la olor desaparecida de los humos. Ya nadie se acuerda de las Hogueras, de ahí que el descanso sea como el sillín primero de un nuevo curso para la construcción de un semejante monumento.

Alicante vuelve, no sabe por qué, al bucólico mundo de aquella época que medió entre la exaltación creadora de los griegos y el renacer de las artes; los caballeros y sus lanzas sobre córceles esbeltos, ls brujas en sus tenderetes, los herreros, la multiplicidad de abalorios sobre los mostradores callejeros, tahonas, tal vez algún mulero, dulces y secos, objetos de escritorio, pergaminos, frutas encristaladas, halcones y azores por el aire que conforma el cielo en busca de sus cetreros, el rey y la reina de un reino sostenido por pajes y criadas, las esferas de Cópernico, entre el arco y la diana las flechas, gallinas y gallos, huevos de vida llenos, músicas y tambores, titeres y teatro, gente paseando..., ¿qué tiene la Edad Media que no tenga la Edad del Bronce, el Neolitico, el Paleolitico más lejano?.

Es así como Alicante olvida sus Hogueras sumida en el pasado por las tardes y añorando.

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