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La MORAL ha de presidir la existencia del Hombre, debe de encauzarle por el camino recto y con la Razón regular sus acciones; su bondad se realza con el estudio y la educación. En este sentido la Idea es que el perfeccionamiento de sí mismo es la base de la moral, que necesariamente se ha de fundar en la ciencia como conocimiento de la naturaleza y aceptación de lo Eterno, en el conocimiento de sí mismo, y en el hecho fraternal del amor a los demás hombres. Tales objetivos se alcanzan con la aplicación de dos virtudes como la humanidad y la equidad, lo que hace al Hombre el poder distinguir entre el bien y el mal, aplicando el adquirido conocimiento de la naturaleza de las cosas, ese conocimiento de la verdad que se ha recibido en depósito y que contiene las normas decretadas por el Eterno, de lo que deriva que el pensamiento del Hombre ha de fundarse en la Ley Natural.
Inevitablemente aparece la idea de la OBEDIENCIA; no es que sea un concepto surgido de la nada, pero se impregna de cuanto el pensamiento ha evolucionado, y lo hace como PRINCIPIO DE AUTORIDAD. Hasta ahora la Idea, que parte del NO SABER e inicia el camino de su existencia sobre la vía del SABER, ha construido una estructura donde lo Eterno, de un modo u otro, con una comprensión u otra, envuelta en cualquier entendimiento y teniendo por guía no importa que conocimiento, es el vértice de la pirámide desde donde los haces lumínicos de una "gracia" han venido a confeccionar el mundo y sus reinos naturales. Conforme manifiesta Cómodo Centón lo que sucede es que a partir de la pirámide que tiene por vértice al Eterno, el Hombre, igual que la pirámide del Eterno, dispone de múltiples y pequeñas pirámides, nacidas de los haces principales de la pirámide del Eterno, donde acomoda, sin gran dificultad, el concepto de Autoridad y Obediencia. Surge así, en el pensamieto del Hombre, la Autoridad Absoluta de los Jefes, fijándo como el bien público se sitúa sobre el bien privado. El Jefe es el único capaz de comprender al Eterno, el único capaz de despejar dudas sobre el Eterno, el único al que habla el Eterno. EL Cosmos se ha construido sobre la verdad del Eterno; no caben los cambios. Es el Eterno quien dicta, solo lo Eterno define lo lícito. Solo el cielo es justiciero y vengador.
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