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La ULTRA CALATANA ancla su origen en una deformación de la realidad impresa en el Régimen Absolutista y en una manifestación expresa de la deriva Medieval, donde el GOTICO renace dentro de las entrañas de la caverna humana. Primero el CARLISMO y luego, como solución a la imposibilidad carlista, el FEDERALISMO impulsan un pensamiento sobre la DIVERSIDAD sostenido por la SUPERIORIDAD que vive en la idea de que nacer en una tierra no es lo mismo que nacer en otra tierra, como si tierras hubiese muchas, e ignorando que tierra solo hay una y en ella vive el Ser Humano.
El REGIONALISMO de la Ultra Catalana se sostiene, pues, contra el Capitalismo, de ahí su origen Carlista, sobre la base de una glorificación de las tradiciones, juegos florales, de ahí su antecedente medieval, una lucha contra las ideas democráticas representadas por las Cortes de Cadiz (y su bandera roja, amarilla, roja), y una potenciación extremoeclesiastica, de ahí su esencia cavernicola, para posteriormente deshechar el impulso federalista, adscribiéndose al primer movimiento político catalanista como CENTRO CATALAN, cuya deriva en la UNION CATALANISTA aspiraba a la creación de un sistema de desigualdades entre hombres que la libertad, la igualdad y la fraternidad había definido como iguales, ya que basaba su pretensión en la recuperación de privilegios exclusivos a favor de la región catalana.
Sería la LIGA REGIONALISTA la que adoptaría los principios esenciales de la Ultra Catalana, introduciendo en su esencia el factor patronal industrial y los terratenientes, configurando una autonomía de nación catalana sustentada en un componente conservador nacionalista y dinastico, producto de las consecuencias económicas resultantes de las guerras en Cuba y Filipinas, y cuyo esencial destino era sostener el nivel crematistico de las citadas clases sociales, sosteniendo acuerdos con fuerzas nacionales y aún contribuyendo a la causa franquista.
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