miércoles, 21 de abril de 2010

00100-4. DE LO FEMENINO: de la evolución

A tenor de todo lo antedicho, LO FEMENINO busca dos consecuencias de su esencia; por una parte el Trabajo, por otra la Maternidad, pudiendo suceder que sea en ocasiones una de ellas la única o la prepotente. La primera dificultad nace del propio concepto de Femenino o de su carácter natural, que implica sujección y sumisión a la naturaleza, de la cual es valedora primera. Así, MATERNIDAD significa posesión del fruto, uso y disfrute del mismo, manipulación y ejercicio de presente y de futuro, de modo que por éste concepto todo es hacible y permisible. Ahora bien, la Naturaleza no es una idea gratuita, en la Naturaleza todo tiene un precio que, inequivocamente, ha de ser pagado al través del TRABAJO, tributos inherentes a la misma vida. La segunda dificultad se inicia con el salto al proceso evolutivo que implica sostener la variable maternidad-trabajo dentro de una variable paternidad-trabajo.

En ese proceso evolutivo Lo Femenino es una lucha pérdida entre lo Natural y lo Artificial, ya que la pretensión femenina de ser un artificio choca frontalmente con la misma imposibilidad de serlo. He aquí el drama eterno, pues no es posible evolucionar dentro de la Naturaleza, ya que ésta mantiene como inalterable su fundamento femenino.

Para comprender la evolución es preciso entender Lo Femenino como Lo Masculino; es decir, virar de la maternidad a la paternidad. La compleja relación de tal realidad es el artificio de enfrentarse a la Naturaleza, rompiendo con el sentido natural de parir en la soledad de un campo para adaptarse al artificial parir del grupo, lo que, inevitablemente, debilita el concepto mismo de Lo Femenino. Cuando el fruto de la descendencia se vuelve grupal ,Lo Masculino impone lo antinatural.

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