sábado, 4 de octubre de 2014

01995-52.INDIAS OCCIDENTALES: 09.Venezuela: 03.El pajarito y su tumor

DOCUMENTO ANTERIOR: 01967 (12.09.2014) - 01991 (01.10.2014)
http://heroedeherpetol.blogspot.com.es/2014/09/01967-49indias-occidentales-08venezuela.html

DOCUMENTO POSTERIOR: 01997 (06.10.2014) -


      No se sabe, en general, cuando algo comienza, pero hay momentos puntuales de la vida que pueden significar el inicio de algo. Allá por 1999 preguntó HUGO CHAVEZ a Cecilia Sosa, presidenta de la Corte Suprema de Venezuela, si ella robaría en caso de que sus hijos tuviesen hambre. Tal pregunta hecha por el presidente de un país es, simplemente, inaceptable, en la medida que sirve de argumentario oficial para que AQUEL cuyos hijos pasan hambre adquiera el "derecho" de robar, y que lo haga bajo el paraguas argumentario del presidente de un país.

      Oficializada la razón del robo, por sí misma se oficializa la razón del asesinato, de la violencia en general, de las venganzas y de las torturas, porque cuando la delincuencia se oficializa y se basa en el "derecho", la consecuencia es una guerra civil encubierta donde la represión es la propia oficialización, tanto si ésta tiene su asiento en la delincuencia propiamente dicha o procede del gobierno. Conforme a esto, resulta que el odio del pobre al rico se transforma en una casta de nuevos ricos que basan su existencia en la retórica de la pobreza.

       VENEZUELA es un país arruinado y violento donde la casta bolivariana de izquierdas gobierna por mandato divino y al albur de los dictados de EL PAJARITO, donde el miedo a delincuentes y gobierno rige la vida de los venezolanos, que se dividen en dos grandes grupos perfectamente definidos, los que viven de la miseria del gobierno y aquellos que viven en su impotencia bajo el gobierno. 

    MADURO EL PAJARITO habló a principios de 2014 de la necesidad de crear un plan de seguridad pública con el objetivo de pacificar el país, y tildó a las telenovelas como un catalizador de la violencia criminal, ignorando al mismo tiempo la existencia de la Milicia Bolivariana como fuerza de choque de combate y paradigma de amor al prójimo. La compra-venta de armas se dispara como elemento conceptual de defensa, y su uso se convierte en una justificación del "robo porque mis hijos pasan hambre", lo que permite que los asaltos a la propiedad privada se tornen un modo ordenado de vida. 

     En Venezuela el camino de la venganza es un hecho abierto, donde más allá de "robo porque mis hijos pasan hambre" se abre la senda paralela de la delincuencia. Tal dualidad se encuentra inmersa en la sociedad venezolana y ya es fondo educativo que las nuevas generaciones asumen como cierto y eterno. "Todo vale con tal de que mis hijos coman" y si en semejante proceso la muerte y el robo son necesarios, que lo sean. El NUEVO RICO BOLIVARIANO vive de tal pensamiento, del odio que siente y de la miseria a la que no quiere regresar, y sabe que si cede en su actividad, la cárcel le espera. Y es en semejante espiral de odio y venganza en la que yace Venezuela. 

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