08037-89.EL VIAJERO MADURO: Benidorm

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                                  Procesión Cívica de 

                                      Los Mártires de la Libertad 

                                        o de Pantaleón Boné)

      BENIDORM es una ciudad de la provincia de Alicante, de unos 70.000 habitantes que posee la mayor cantidad de rascacielos de España y la segunda del mundo detrás de Nueva York. Su edificio más alto alcanza los 200 metros de altura. 

 

      Aunque contiene en su término restos íberos y romanos, su historia se remonta a 1249 al ser tomada la Alquería de LIRIET por Jaime I de Aragón. Posteriormente perteneció a Bernat de Sarriá, que le otorga carta puebla en 1325, y posteriormente pasa a manos del Conde de Denia, del Duque de Gandía, del rey, de los Fajardo, y ya en el siglo VXII es de la Baronía de Benidorm. 

      Su actual "ser" es responsabilidad del alcalde Francisco Zaragoza Orts (1950-1966), siendo a partir de entonces que crece de forma exponencial hasta su configuración actual. aduro 

     El VIAJERO MADURO ha pasado el día en Benidorm tras sortear todo un entramado urbano en una ciudad que es, en realidad, una urbe cosmopolita, donde diversas lenguas se superponen una sobre otra. La primera dificultad es aparcar el coche, aunque existen diversos aparcamientos tanto públicos como privados. 

     El PUEBLO ANTIGUO es una configuración triangular entre la alameda de Francisco Zaragoza, el puerto y la plaza del castillo, de forma que a partir de la Plaza de La Cruz se puede iniciar un paseo por la calle de La Carretera e introducirse, posteriormente, por toda una suerte de calles estrechas, donde predominan las tiendas de toda clase y cientos de restaurantes y bares como si el lugar no tuviese fin. 

    Para poder ver algo histórico se hace necesario llegar a la IGLESIA DE SANTIAGO, aunque es especialmente llamativo la calle de Los Gatos. Dicha iglesia, en su exterior, presenta una fábrica sencilla, sin ornamentos, pintada de blanco, apreciándose sobre la puerta un frontón y, encima, un óculo, a los lados dos columnas y sobre las mismas un frontón triangular. Según se mira, a la derecha una torre construida en dos cuerpos, y en su base, al descubierto, en irregular sillería una zona que, tal vez, responda a los restos del castillo. El conjunto de molduras y cornisas se pueden ver en ocre. Estamos ante  un neoclásico entre 1740 y 1780, siendo de cruz latina, con una nave central y pequeñas capillas laterales con altares en robusta madera y sus correspondientes imágenes. Posee una cúpula de media naranja en el crucero, sin tambor, apoya directamente sobre las pechinas y cubierta, al exterior, con teja vidriada azul. En los pies vemos un gran órgano de tubos construido en 2012 por la casa Acítores, destancando tras el altar de un conjunto bien organizado y presidido por el apóstol Santiago y la virgen en la alto. Dispone, así mismo, de la capilla de Sagrario con seis paneles, con su altar, de la Virgen del Sufragio, en cuyas paredes laterales hay dos cuadros que cuentan la historia del naufragio de la virgen, y cuya cúpula se cubre con teja esmaltada en azul.

     Mirando al sur llegamos al CASTILLO, que tiene forma rectangular y conserva el muro a nuestra derecha, unos cañones nos reciben que dan paso a una bella explanada, al final de la cual baja una escalera a un mirador inferior. Sobre el suelo podemos contemplar algunos restos de lo que fuera el castillo. Todo el conjunto forma el llamado BALCÓN DEL MEDITERRÁNEO; es una península rocosa (cerro de Canfali y Punta de Alfalig), que en el siglo XIX fue la plaza del pueblo; su configuración actual es de 1928. En el siglo XIV se levantó un castillo, en la actual iglesia por orden del almirante Bernardo de Sarriá y una villa, por razones estratégico-políticas para la defensa de los continuos ataques costeros de los piratas sarracenos, y también para el aprovechamiento comercial y pesquero de la zona. En el siglo XVI se amplía el castillo, para posteriormente iniciar su abandono y decadencia. Fue ocupado por los franceses en la Guerra de la Independencia y destruido por ingleses, levantándose sobre las ruinas la actual iglesia. Las vistas son espectaculares; se ve la Isla de Benidorm, las playas de Poniente y de Levante, y la fachada de montañas alicantinas, destacando el Puig Campana con sus 1.400 metros de altura. 

      También desde esta atalaya se puede ver, al occidente, el PUERTO y CALA DEL MAL PAS; la construcción del puerto, en la primera mitad del siglo XX, provocó la imprevista acumulación de arena a ambos lados de este, con la consecuente aparición de la cala del Mal Pas y el actual paseo de Colón, donde incluso se construyó sobre el terreno ganado al mar.

      Benidorm posee dos LEYENDAS; la primera es la del naufragio de la Virgen del Sagrario en 1740, año en el cual llega un barco a Benidorm sin personal a bordo, el cual es varado y al cabo de varios de varios años la autoridad decide proceder a quemarla, apareciendo de entre los restos calcinados de la nave, una Virgen con el Niño Jesús: la segunda leyenda se refiere al nacimiento de la Isla de Benidorm, pero aquí hay tres historias. La primera dice que Roldan se enamoró de Angélica, y ésta se enamoró del moro Meldor, huyendo los dos hasta llegar a la playa de Poniente, sube Roldan al Puig Campana para localizarlos. De seguido Roldan desenvaina su espada Durandarte, y corta un trozo de roca del Campana, toma la roca en sus manos y la lanza sobre los enamorados, pero falla ya que la roca cae al mar, dando origen a la isla. La segunda historia nos dice que la enamorada de Roldan sufre de una maldición consistente en que morirá con el último rayo de sol, de ahí que rompe la cumbre del Puig Campana para alargar la luz del sol. Finalmente, la tercera historia narra como un monje y su borrico tropiezan y arrancan un trozo de la montaña, de forma que ese trozo cae rodando al mar.

       Cabe añadir que la montaña está a unos 13 km. de la isla, y que la isla está a unos 3,5 Km de Benidorm. 

        Tras comer, el Viajero Maduro ha recorrido la PLAYA DE LEVANTE, centro indiscutible de la diversión de la ciudad. En el Paseo Marítimo no pueden caber más bares de esos llamados "pub" y "bares americanos", donde los extranjeros disfrutan de bebidas, comidas, música, cantantes y sol, mucho sol, en un espectáculo gratuito e interminable.