martes, 2 de marzo de 2010

00037-03.PRINCIPIO DE LA HISTORIA: 00.El Viejo Loco del Molino

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Alicante ya no era la misma, más allá de la puerta de La Montañeta parecía otra ciudad; El VIEJO LOCO DEL MOLINO se lo tenía advertido, "encontrarás los cambios y ambicionarás las ausencias, y será entonces que sentirás lo innecesario de los cambios cuando no son llamados, porque las ausencias que provocan los cambios nos hacen comprender que ya no somos necesarios". Cuando Cómodo Centón abandonó el Molino, El Viejo Loco hizo uso del apagavelas sobre los cirios. Antes, sin embargo, y al ruido de los carros, ha pronunciado lamentos, emitidos gemidos, esbozados sollozos y entrecortado sonidos, mientras los cascos del animal causan daño a los adoquines, siguiéndole el traqueteo de maderas y aros metálicos de los carros cuesta abajo. "¿Quién se hará cargo del Molino?" preocupa al Viejo Loco del Molino, quién se había pasado la vida ocupado.
- Recordarás tus olvidos y olvidarás tus recuerdos -afirmó El Viejo Loco del Molino, apenas antes de que hiciera uso del apagavelas, rodeado, como estaba, de cuantas cosas se hubieron acumulado en su vida; los libros, los papeles, los tabacos, las bebidas y, sobre todo, los desenfrenos frenados, siendo esto último lo que en verdad más dolor le producía. Aquellos momentos donde las noches se abalanzaban sobre él en la soledad de su cuarto, porque cuanto tenía que suceder en su vida no había ocurrido, de modo que ya nada esperaba, de ahí que moría, salvo que las cosas cobrasen vida traídas por una esperanza que yacía vencida. Después, sin fuerzas, cerró la puerta del Molino, mientras que El Perro Ciego seguía leyendo.
Cómodo Centón dio unos pasos; sintió estar en la calle, sintió un leve gruñido que le supo a despedida, y sintió el ruido de la puerta al cerrarse. Y estaba radicalmente perdido. La aventura del Molino ya no era la osada vida que fuera en un principio, cuando pendía de ser ejecutado, antes discutido, reflexionado y pensado. Ahora poseía un pensamiento, lo que producía en el Héroe de Herpetol un sentido de soledad, una sensación de imposible cambio, una negación a aceptar como cierta cualquier opinión. La verdad era una, no se podía fraccionar, no causa en ella la posibilidad de cambiar, pues si tales circunstancias se dieran, si la verdad pudiera ser otra, Cómodo no tendría la verdad, o mentiría al tenerla o mentiría al cambiar de verdad, ya que al cambiar de Pensamiento deviene el Pensar, siendo el Pensar un proceso que conduce a la formación de un Pensamiento, es decir, a la Verdad.
Salió de la Montañeta, dejando en su interior al Hípetro en la ledadia de su existencia, incapaz de dar el paso a tierra firme; "¿qué quiere que le diga?, mejor es el vaiivén del alcohol que la constancia de la tierra"

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