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Son los relatos relativos a lo SOBRENATURAL lo que hace transcender al grupo humano más allá de si mismo, iniciando procesos doctrinales y configurando una cohesión que une hacía adentro y separa hacía afuera. En todos ellos la Idea del Hombre presenta a los hombres una posición y una salida, de modo que por la primera ofrece un refugio y una protección, y por la segunda la posibilidad de superar esa posición inicial. Así, EL ETERNO es la esperanza del Hombre de no permanecer siempre existiendo entre el dolor y el placer, y fija, como salida, un camino que conduce a la liberación de esa posición que, ya sabe, ocupa en el cosmos.
Es así como las explicaciones sobrenaturales reflejan el sometimiento del Hombre a su propia ignorancia, donde el Hombre pende en todo de lo Eterno y de lo Eterno obtiene las normas de poder. En esto vemos como, conforme las explicaciones sobrenaturales, el Hombre permanece inactivo ante la creación y es pasivo cuando la creación ha configurado la existencia del Hombre. No se trata de una explicación sobrenatural sino de un dictado humano sobre una explicación sobrenatural.
Lo Eterno deja de tener forma, es universal y es una unidad, no tiene nombre y puede adquirir cualquier aspecto que lo materialice frente a la Razón y los Sentidos del Hombre. El Alma Colectiva precisa de esa materialización pues tiende a no comprender el sentido de la oración y de la magía; de hecho allá donde el Eterno, aún siendo un templo de matería, no consta su presencia sino como IDEA y mediante la ejecución de un culto al que tienen negada su presencia los no inicados.
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