domingo, 7 de marzo de 2010

00044-1. LOS VASCOS MUEREN SOLOS: del Apocalipsis

Cuando TUBAL dejó la casa de su padre JAFET y tomó el camino de HESPERIA, cruzó toda la EUROPA meridional mientras se coronaba MITO y TOTEM de un pueblo vuelto hacía sí mismo. La REVELACION de su singularidad la plasmó en su lengua, en su raza y en su religión, de modo que sin saberlo fundó el concepto de NACIONALISMO.

Sus descendientes aprendieron a morir solos en las planicies de unos valles incrustados entre unos montes que, como muros impenetrables, hicieron de ellos un PUEBLO PURO condenado a la soledad de su soberbia. Semejante apocalipsis es la línea rectora de toda su existencia.

Y Cómodo Centón dijo "Mas hay otro lado, no por ser distinto más sensato. En este lado del campo, altas montañas se levantan, altos picachos, escarpadas laderas, profundos valles y gargantas, agrietan la tierra y la cercan en pequeñas unidades invulnerables al miedo, a la historia y al tiempo. Son los hombres de pensamientos solitarios y férreos, egoistas y miseros, que solo se reparten cuando todos han puesto, que solo toman de las fiestas esa parcela individual que los hace eternos, y que no precisan de los demás sino el mismo trabajo, el mismo dinero y el mismo esfuerzo que ellos, y la voluntad individual de toda una vida para derrocharla, espléndidamente, en su propio cuerpo y en los ojos de incomprensión de los ajenos, cuando al toque de clarín la fiesta ha de dar comienzo, y que miren los forasteros, que aprendan que el hambre se quita sufriendo, que el hambre de la fiesta se suprime durante todo un año de trabajo entero, que son bienvenidos si uno a uno vienen observando su talento, su nombre y su pensamiento.



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