viernes, 26 de marzo de 2010

00074-3.DE LAS FIESTAS: 2.La Semana Santa

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02239 (05.04.2015) 


Junto al Penitente y al Mirón existe la PENA como objetivo o cargar con la pena como manifestación de la penitencia. En un principio el PECADOR era expulsado de la Iglesia el miércoles de ceniza para la práctica de las impuestas penitencias, las cuales se alargaban hasta el jueves santo, que era día de reconciliación del Penitente con la Iglesia. El paso del tiempo fijó la Cuaresma como tiempo penitencial para todos los CREYENTES, para alcanzar en la EDAD MEDIA la penitencia privada extendida a todo el año.

Se agrupan los Penitentes bajo dos formas de denominación, que responden a los nombres de Cofradías y Hermandades. Son las COFRADIAS gremio, unión, compañia, vecindario, junta de ladrones y rufianes, de las que se dice que "ni fía ni porfía, ni entres en cofradía", advirtiendo, de tal modo, sobre los muchos disgustos que éstas pueden ocasionar. Las primeras son del siglo XI, desarrollándose posteriormente con fines defensivos, siendo el antecedente de las ordenes militares, para a partir del siglo XII constituirse en agrupaciones profesionales, derivando en los gremios y, de seguido, en los montepios. En religión es la sociedad de varias personas para la práctica y honra de un misterio o de un santo, hallandose sujetas a la ley civil y a la eclesiástica. Las HERMANDADES responden al concepto de fraternidad entre los miembros de un vecindario que se agrupan para un fin, correspondiendo con el concepto de Cofradía.

La vulneración de la ley de Dios y de la Iglesia hace que cofrades y hermanos vengan a cumplir sus penitencias, como colofón y exaltación mística, durante la Semana Santa, portando unos los tronos con las escenas de la Pasión y otros desfilando procesionalmente cubiertos por capirote, admitiéndose otras manifestaciones más o menos cruentas, de forma individualizada, con el propio cuerpo del arrepentido o respondiendo a una promesa realizada a lo divino.

No obstante todo lo antedicho, la Semana Santa destaca por su CARACTER CULTURAL y TURISTICO, donde el concepto de Penitente a perdido la totalidad de su significado, correspondiendo a un hecho festivo, donde la ríqueza de "pasos" e "indumentarias" no corresponde, en absoluto, al propio cáracter interior y mistico de retorno a Dios mediante la purificación de los pecados cometidos.

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