jueves, 25 de marzo de 2010

00071-1. EL PRESIDENTE DE IMPALA

El Biógrafo dice en su libro que el corazón del Empireo se paró de igual modo que un día se detendrá la expansión del universo, sin que nadie sepa por qué fue que el corazón del Presidente se detuvo como es cierto saber que nadie sabrá explicar por qué el universo se detiene en su expansión por el eter. El corazón de los seres vivos es un arma conocida en manos desconocidas, de modo que instar al conocimiento del universo es una trasgresión de la capacidad animal para dilucidar qué detiene la marcha de un corazón. Sin embargo, dice el Biógrafo , el hombre atiende más a su destino que a su origen, como si el hombre se hallase en un camino infinito y, por lo mismo, inexistente; el Biógrafo cita en su libro sobre Impala estas consideraciones del Señor De Las Hoyas, afirmando que El Presidente estudió, siendo muy joven, los textos de De Las Hoyas Anchas, cuya continuidad fue marca en su vida. Manifiesta, asimismo, que El Empireo se muere porque, al decir de Doña María, su voluntad así lo decidió, siendo especialmente destacado esta capacidad del Empireo para decidir el momento de su muerte, considerándolo un hecho excepcional, ya que no es posible, nadie disfruta de la voluntad de decidir sobre el preciso instante de su propia muerte; la naturaleza, afirma el Biógrafo en su libro, con su sentido del poder no permitiría una ejecución tan libre de la voluntad humana; en esencia es un hecho amenazador contra la naturaleza que el hombre disponga, a su antojo, de su propia muerte, ya que siendo así la naturaleza perdería el control sobre el hombre, concluyendo que solo un empireo puede disponer para si de su propia muerte.

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